Como ya hemos visto en otros artículos hay hoteles que no sólo sirven para el alojamiento y descanso, sino que son auténticas obras de arte, otro ejemplo de ello es el Hotel Puerta América de Madrid.
Situado en el barrio de Prosperidad, es un lujoso hotel de 5 estrellas, inaugurado en 2005 que no pasa desapercibido por el colorido chillón de su fachada. Su nombre se debe a las relaciones que hubo con el continente americano e intenta expresar el crisol de nacionalidades que lo han hecho posible. Esto es porque es un proyecto en el que han participado 18 arquitectos y diseñadores de gran prestigio internacional.
Dividido en 12 plantas, cada uno de los interiores es obra de un autor distinto, plasmando asi una idea de diversidad y de libertad donde diferentes culturas e ideas tienen cabida. El huésped se sentirá atraido por el diseño y la arquitectura de cada una de sus plantas, de sus colores y formas; su ojo no quedará impasible, este hotel único despertará aún más sus sentidos.
El garaje diseñado por Teresa Sapey, arquitecta italiana, nos muestra un juego de colores y grafismos, según ella misma cuenta, ha tratado de contar una historia sobre el derecho de cada uno a vivir la vida como mejor le parezca.
El hall y los salones de la planta principal son obra del inglés John Pawson, utilizando la madera como principal elemento decorativo para crear una mayor amplitud de espacio.
La primera planta diseñada por Zaha Hadidm, tiene un toque futurista, el diseño de los pasillos y las habitaciones es fluido, de líneas atrevidas, y lleno de curvas sinuosas en el que destaca el blanco como color principal.
Norman Foster nos regala la segunda planta, un perfecto santuario urbano inspirado por la paleta de materiales del escultor vasco Eduardo Chillida. Huye de lo recargado y evoca lujo y sensualidad mezclando el vidrio con la calidez de la moqueta y el cuero.
La tercera planta es obra de David Chipperfield, de estilo lujoso pero sencillo, mezcla formas geométricas y colores en blanco y negro. Materiales fríos como el acero inoxidable, son señas de identidad.
Los sevillanos Victorio & Lucchino se encargaron de la quinta planta con algunos detalles únicos: paredes de laca negra, butacas de terciopelo, dos esfinges de mármol,.. Pero sobre todo han cuidado con detalle la gran variedad de tejidos para el mobiliario de cada una de las habitaciones de la planta.
Marc Newson ha optado por madera lacada en rojo brillante para la sexta planta, con suelos de moqueta y mármol. La atmosfera creada es sugerente, moderna y relajada. En las habitaciones destaca el cuero usado en los cabeceros de las camas y las mesillas de noche.
Las formas redondeadas y sinuosas de la séptima planta son obra de Ron Arad. En las paredes destacan pantallas que proyectan diferentes imágenes en color que contrastan con el blanco de las paredes.
En la octava planta destacan las paredes de luces que cambian según el movimiento del huésped, el diseño es de la escocesa Kathrin Findlay. Las habitaciones sin puertas ni paredes,destacan por las camas suspendidas del techo.
Richard Gluckman ha diseñado la novena planta bajo el concepto “box within a box” usando materiales industriales como el aluminio, el plástico, el vidrio o el metacrilato y jugando con las texturas para buscar color y distintas sensaciones.
La influencia japonesa la introduce Arata Isozaki, que mezcla a la perfección con los materiales y colores más actuales y propios de occidente. Cabe destacar el baño y la ducha, realizados en madera, que se encuentran juntos según las costumbres niponas
La planta undécima se caracteriza por transmitir alegría e imaginación, por su gran cantidad de colores en paredes y suelo, sin dejar a un lado la sencillez. Es obra de Javier Mariscal y Fernando Salas.
El arquitecto Jean Nouvel pone su firma a la fachada colorida, a la planta duodécima y al ático.
La planta duodécima intenta mezclar fotografía y arquitectura para conseguir un lugar muy sugerente. Las paredes contienen la obra fotográfica de los fotógrafos Nobuyoshi Araki y Roland Fleischer. Mientras que las habitaciones pueden ser reordenadas mediantes grandes paneles con el objetivo de que el cliente cree su propia disposición.
En el ático nos encontramos con el gimnasio, la piscina, Skynight Bar y un mirador desde el cual poder observar el paisaje completo de Madrid.
Un hotel inigualable, que si tienes la ocasión de visitar, te dejará boquiabierto.
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