Más que un parque, es un símbolo de Barcelona. Diseñado por el arquitecto Antonio Gaudí y construido entre 1os años 1900 y 1914 (aunque no se inauguró como parque público hasta 1922), fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco
La idea inicial era construir un conjunto residencial de lujo, pero este proyecto no tuvo éxito, así que con el paso de los años, esta idea fue abandonada y pasó a ser un parque. El Parque Güell tiene una extensión de más de 17 hectáreas, lo que significa que es una de las obras arquitectónicas más grandes del Sur de Europa. El conjunto, que huye de las formas clasicistas y rígidas, posee una rica y colorida ornamentación con un importante simbolismo, tanto político como religioso. En el centro del parque hay una gran plaza, donde podemos encontrar un enorme banco de 110 metros de largo, con apariencia de una serpiente recubierta por pequeñas piezas de cerámica. Asimismo, dentro del recinto del parque está la Casa Museo Gaudí, en la que vivió este arquitecto entre 1906 y 1925. En la actualidad, está expuesta una colección de obras del arquitecto. Junto a la entrada principal, hay dos pequeñas y bonitas casas. Una de ellas es una tienda, mientras que la otra, La Casa del Guarda, nos ofrece exposiciones sobre el pasado del parque.
Por otra parte, en Barcelona podemos encontrar la Casa Milà, conocida como La Pedrera. Este edificio, construido entre 1906 y 1912 por Antoni Gaudí, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. Hoy día es la sede de la Fundación Caixa Catalunya y es una referencia cultural muy importante en Barcelona debido a las variadas actividades que organiza y por sus diferentes espacios públicos dedicados a museos.
La Pedrera fue construida como dos bloques de viviendas, con accesos independientes intercomunicados por dos patios interiores y con una fachada común. La estructura de la casa está hecha de pilares, lo que permite disponer de una planta libre con grandes aperturas en la fachada. Este edificio, que es un ejemplo de la época modernista, supuso una ruptura en el arte de Gaudí, por la innovación en los aspectos funcionales, ornamentales y constructivos.