Los aditivos alimentarios son ampliamente utilizados en la elaboración de los alimentos consumidos habitualmente.
Existen dos razones fundamentales para el uso de aditivos, tanto para mejorar la presencia de los alimentos y que resulten más apetecibles de cara al consumidor, como para alargar su vida y potenciar determinadas características de los mismos. Si tomamos por ejemplo el tomate enlatado, el uso sobre este producto de aditivos alimentarios contribuye a alargar su vida, aumentando su disponibilidad y haciendo que podamos consumirlo durante todo el año. La mermelada de frambuesa, por ejemplo con aditivos alimentarios se vuelve más rosa, y por tanto más apetecible a la vista de los consumidores. El aspartamo como aditivo alimentario permite endulzar alimentos, como los yogures sin azúcar o diferentes bebidas dietéticas, que permiten no solo a los diabéticos consumirlo, sino a todos aquellos preocupados por el consumo de azúcar y por la cantidad de calorías ingeridas. Los edulcorantes en general pueden ser tanto naturales como artificiales. Contribuyen a endulzar los alimentos para que su sabor sea más agradable. Como sustitutos del azúcar los edulcorantes bajos en calorías con un mayor uso son la sacarina, el aspartamo y la sucralosa.
En España la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) es la encargada de regular el uso de los aditivos alimentarios. Existen listas donde se reúnen los aditivos que están permitidos por ley que se van actualizando según se tienen nuevas informaciones. La aprobación de los aditivos en España, viene además condicionada por la aprobación de los mismos en Europa por el Comité Mixto FAO/OMS de expertos en aditivos alimentario. De esta forma se aprueban las cantidades diarias recomendadas (IDA) para el consumo, estableciendo un consumo máximo que no sea perjudicial para la salud. Adicionalmente, el Código Alimentario Español contempla el uso de aditivos en los alimentos sólo si se cumple premisas de necesidad alimentaria, mejorándose con los aditivos las condiciones de los alimentos.