• Los músculos del suelo pélvico se ven obligados a soportar mayor carga. • El doctor Pedro Tormo, portavoz del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), pone el énfasis en los programas de reeducación alimentaria y ejercicios dimensionados.
Madrid, 20 de febrero de 2013
El sobrepeso como elemento nocivo, particularmente cuando dicho exceso se ha transformado en gran obesidad y después en mórbida, representa un factor de agresión sobre órganos y sistemas de nuestro cuerpo.
Afecciones reumáticas, articulares, digestivas, respiratorias, circulatorias y cardiacas se llevan la palma de la repercusión y su padecimiento se agudiza con el sobrepeso. Y estas frases se repiten en las consultas médicas: “No tiene más remedio que bajar de peso”; “su salud se lo agradecerá”; “está quitando años a su vida”; “es absolutamente preciso que pierda kilos”; “es muy probable que su tensión arterial se normalice con la desaparición del sobrepeso” ó “probablemente no necesite el fármaco para el colesterol al perder los kilos que le sobran”.
Incontinencia.- El aumento de la grasa abdominal plantea, especialmente en situaciones de obesidad mórbida, un incremento de presión intraabdominal sobre la vejiga; los músculos del suelo pélvico se ven obligados a soportar mayor carga y es factible la aparición de incontinencia urinaria, así como también la fecal en muchos casos.
Nuestra vida diaria (de relación, social y laboral), va asociada a los problemas médicos comentados con anterioridad. •El doctor Pedro Tormo, portavoz del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI) http://www.observatoriodelaincontinencia.es), pone el énfasis en los programas de reeducación alimentaria, ejercicios dimensionados y, sin fuera necesario, el balón gástrico o la cirugía bariátrica. Además, considera que mientras se alcanzan los objetivos ponderales, la reeducación vesical con ejercicios y el absorbente preciso van a mejorar la calidad de vida del paciente.