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La ciudad belga de Brujas, en flamenco Brugge, conocida como la Venecia del Norte debido a sus más de 50 canales que atraviesan la ciudad, es una ciudad deslumbrante, un auténtico museo callejero que conserva un rico legado de cuando fue metrópoli potente antes de perder su cualidad portuaria.

Bella y amable, cálida y romántica en sus calles medievales, sus casas flamencas, sus canales y sus viejos edificios hacen de la urbe un destino para los amantes del arte. No es de extrañar que haya sido nombrada capital cultural y sea considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El mayor atractivo de Brujas es su casco histórico, aunque en gran parte ha sido reconstruido, dicho centro urbano es uno de los más grandes atractivos europeos, ya que mantiene intactas las estructuras arquitectónicas medievales.

Podríamos hablar de dos formas posibles de conocer esta ciudad: a través de sus canales, donde se puede admirar la arquitectura medieval de la ciudad y los molinos de viento, es un museo al aire libre; o en bicicleta y a pie recorriendo sus calles pasando por las plazas centrales Burg y Markt, para acabar descansando tomando una típica cerveza en Brugs Beertjes, una de las cervecerías más populares con más de 200 tipos de cerveza.

La Plaza Mayor o Grote Markt, contigua a la plaza Burg, es el corazón de Brujas y está presidida por la estatua en memoria a los héroes locales. Al Norte existen construcciones del siglo XVI y XVII que funcionan como restaurantes y cafés; al Oeste destacan importantes edificios del siglo XV. Y al Este el Palacio de la Provincia, o Landhuis, una estructura de estilo neogótico.

La parte Sur está ocupada por los llamados Halles, antiguos mercados del siglo XIII. Aquí destaca el edificio más impresionante de la plaza: la Torre Campanario Belfort, símbolo de la autonomía de Brujas. Se trata de una estructura con 47 campanas, 84 metros de altura y 366 escalones, lo que hace que pueda verse desde distintos puntos de la ciudad.

Unida a la Plaza Mayor a través de la calle Breidelstraat, la Plaza Burg es uno de los principales atractivos de Brujas. Destaca por su aspecto medieval, con edificios históricos como la Basílica de la Santa Sangre y el Ayuntamiento o Stadhuis

La Iglesia Notre Dame o Nuestra Señora de la ciudad de Brujas, también conocida como Vrouwekerk, es una Iglesia de estilo gótico construida entre los siglos XIII y XV, conformada por cinco naves y la segunda torre de ladrillo más alta del mundo, con 122 metros de altura. El interior se compone de paredes blancas y columnas de piedra estilo medieval, mientras que el púlpito y las capillas son de aspecto barroco. En ella se alberga la Madonna de Brujas, o “la Virgen y el Niño”, realizada por Miguel Ángel en el año 1504 y luego adquirida por un comerciante de la ciudad que la donó a la Iglesia en 1506.

La Catedral de San Salvador es el edificio religioso más antiguo de Brujas Ubicada a pocos metros de la Plaza Mayor, es una edificación gótica cuya parte más antigua es una torre de 100 metros de altura que data del siglo XII.

Para los amantes de los museos, destacan el Museo Groeninge, que alberga pintura flamenca y belga de entre los siglos XIV y XX, y el Museo Memling que guarda obras del siglo XV del pintor Hans Memling.

Para los románticos, es visita obligada el Lago del Amor, con un hermoso parque rodeado de cisnes y maravillosas vistas de la ciudad.

Brujas es una ciudad encantada, al visitarla su estética nos remonta a los cuentos de cuando éramos niños, dónde la magia hacia todo posible.

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