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Qué es, cómo se contagia y cómo se trata el pie de atleta.

El pie de atleta es una infección producida por hongos conocida en la práctica médica como tiña podal (tinea pedis) que invade los espacios interdigitales y la planta de los pies. Además, también se puede presentar en los talones, las palmas de las manos y entre los dedos de las mismas. Esta afección se produce por un hongo muy contagioso que prolifera en zonas cálidas y húmedas. Sufrir pie de atleta resulta molesto y doloroso, y es un mal difícil de eliminar, por lo queevitar el contagio es lo más recomendable.

Lo primero que debemos saber sobre el pie de atleta es que se trata de una infección fúngica muy contagiosa y que puede adquirirse fácilmente. Las posibilidades de contraerlo aumentan si se utiliza calzado cerrado de tejidos no transpirables, en personas con una sudoración excesiva o en caso de mantener los pies húmedos durante periodos prolongados.

Los síntomas más frecuentes del pie de atleta son la piel (http://www.doctuo.es/medicos/dermatologos) agrietada, la descamación y la rojez entre los dedos o en los lados del pie. Asimismo, genera fuertes picores y/o escozor, e incluso puede producir ampollas. En caso de detectar algún posible síntoma de infección por este hongo, es necesario acudir al médico (http://www.doctuo.es/medicos) para que corrobore si se trata de este hongo o alguna otra afección. De esta forma, el especialista podrá prescribir el tratamiento necesario para erradicar el problema en los pies.

El contagio puede producirse a través del contacto con los pies de personas que lo padezcan, así como también con prendas o calzado infectado. Es por esto que no se deben compartir ropa ni toallas con personas que hayan contraído esta infección. Pero en la mayoría de los casos, las personas lo contraen al caminar descalzas sobre superficies contaminadas en piscinas o vestuarios de lugares públicos.

Otras recomendaciones que debemos tener en cuenta para disminuir las posibilidades de ser afectados por el pie de atleta son:

Tener una toalla exclusivamente para el secado de los pies. Mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos. Evitar la sudoración excesiva, usando productos que reduzcan el sudor y, asimismo, el olor. Usar calcetines de algodón y cambiarlos a diario, o con mayor frecuencia si es necesario. Calzar zapatos de tejidos transpirables que permitan la correcta ventilación de los pies (http://www.doctuo.es/medicos/podologos). Usar chanclas para ducharse en lugares públicos y no andar descalzos en zonas comunes de piscinas, gimnasios, etc.