El aumento del IVA turístico será asumido por los empresarios. La subida no sólo afecta a los alojamientos rurales, sino también al turismo activo y a los negocios locales. Algunas consecuencias son bajas de última hora, reajustes en el precio y reducciones de plantilla.

Madrid. 10 de septiembre de 2012. http://www.clubrural.com, web dedicada al turismo rural con más de 140.000 usuarios registrados, ha impulsado un análisis que estudia las consecuencias derivadas de la subida del IVA en el turismo rural. A partir del pasado 1 de septiembre, el IVA turístico ha pasado del 8% al 10%, lo que supone un incremento de 2 puntos porcentuales.  En la mayor parte de los casos, esta subida será asumida por los empresarios del turismo rural porque las reservas se habían efectuado antes de su entrada en vigor. Esto implica menos beneficios en un sector que ya ajusta al máximo los precios debido a la fuerte competencia existente.

Además de repercutir directamente en la rentabilidad de los alojamientos rurales, esta medida no incentiva el consumo. Si el cliente paga más por su estancia, procurará ahorrar de otras partes. De modo que se ven afectados no sólo los alojamientos rurales, sino el turismo activo y los negocios locales, como restaurantes, bares y otros comercios. En definitiva, es una medida que perjudica principalmente a los pueblos cuya base económica se sostiene gracias a los ingresos que genera el turismo.

Este efecto de disuasión podría involucrar a los turistas extranjeros que pudieran decantarse por países que, como Grecia, han optado por bajar este tipo de IVA del 11% al 6,5% precisamente, con la intención de recuperarse ante la crisis económica. Esta subida podría traer una importante pérdida de competitividad de España como destino turístico preferente, que podría conllevar una contracción en la actividad turística en general.

El turismo rural atraviesa un difícil momento económico y cada vez los beneficios son menores, lo que puede traducirse en bajas de última hora, reajustes en el precio o reducciones de plantilla. Muchos establecimientos deciden echar el cierre porque se ven incapaces de sufragar los gastos extra.