El ajuste de cualquier presupuesto se puede realizar reduciendo gastos o incrementando los ingresos.
El ajuste de cualquier presupuesto se puede realizar reduciendo gastos o incrementando los ingresos. La reducción de los gastos es mucho más controlable que el hipotético incremento de los ingresos. En la mayoría de los casos basta con no incurrir en determinados gastos, aunque en ocasiones se requiere aprobación de normas que pueden demorar la supresión del gasto y el consiguiente ahorro. La materialización del incremento de los ingresos depende de numerosos factores, sin que un incremento de los tipos de gravamen en un determinado porcentaje suponga, en absoluto, un incremento de la recaudación en la misma proporción. Una de las primeras decisiones del nuevo gobierno fue el anuncio de subida de impuestos, incluyendo los impuestos sobre el ahorro, y reducción de gastos, para intentar cumplir los compromisos de déficit público de las cuentas públicas. La subida de tipos de gravamen sobre el ahorro desde el 21 al 27%, en vigor desde el 1 de enero de este año, es un ejemplo práctico de cumplimiento de la Curva de Laffer: "a mayor tipo de gravamen, menor recaudación". Era algo previsible. Al menos doce empresas del Ibex 35 han decidido sustituir el dividendo tradicional por el llamado " dividendo flexible". Mediante esta forma de retribución los accionistas pueden: recibir acciones; vender los derechos recibidos en el mercado; o vender los derechos a la compañía. En los dos primeros casos se produce un diferimiento de la tributación hasta que finalmente se vendan las acciones. Por tanto, la retención fiscal es cero y el ingreso actual de Hacienda también. La subida de tipos de gravamen en la tributación de los dividendos ha provocado que proliferen los "dividendos flexibles". Las empresas consiguen reducir la salida de caja mediante este sistema y los accionistas personas físicas difieran la tributación de la remuneración recibida. Dentro del Ibex 35, ACS, Bankinter, BBVA, Caixabank, Gamesa, Gas Natural, Iberdrola, Banco Popular, Repsol, Banco Santander, Banco Sabadell y Telefónica han optado, al menos parcialmente, por este sistema de retribución. En conjunto transformarán dividendos ordinarios por dividendos flexibles por importe de 10.870 millones de euros, lo que puede suponer una merma de ingresos fiscales por importe de más de 2.200 millones de euros. Con la subida de tipos del 21% al 27% no sólo no se conseguirá incrementar la recaudación, sino que previsiblemente se reducirá. Si las grandes empresas del Ibex se ha adaptado, reconvirtiendo la retribución al accionista, de tal forma que consiguen reducir la salida de caja de sus empresas y simultáneamente sus accionistas evitan el pago inmediato de impuestos sobre el ahorro, es lógico imaginar que el resto de empresas, cotizadas o no, tendrán incluso más facilidad para seguir política similares o incluso diferir la retribución a los accionistas en espera de tiempos con mejor tributación. Todavía quedan años de duro ajuste de las cuentas públicas. La reducción de los gastos es un ahorro cierto, el incremento de los ingresos no. El incremento de la tributación sobre el ahorro es claro ejemplo. Por Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco. Artículo publicado en Renta 4