Europa lleva más tres años inmersa en una profunda crisis no sólo económica.
Europa lleva más tres años inmersa en una profunda crisis no sólo económica. El foco de la crisis se va desplazando de país a país. Primero fue Grecia, cuando reconoció que había falseado sus cuentas públicas a finales de 2009. Tras Grecia la atención se desplazó a Irlanda cuando su gobierno se vio forzado a solicitar un rescate para inyectar una cantidad equivalente al 32% de su PIB en los bancos irlandeses. Acto seguido Portugal pasó a primer plano. Tras la bajada del rating de la deuda lusa a nivel de bono basura tuvo que ser rescatada por la Troika (BCE, FMI y Comisión Europea). El verano pasado España e Italia acapararon toda la atención de los inversores. El BCE tuvo que suministrar asistencia financiera a los dos países comprando bonos de ambos Estados para evitar que la rentabilidad pagada se convirtiera en insostenible. Italia fue durante un par de meses el centro de atención, sufriendo incluso un cambio de gobierno sin elecciones de por medio y con imposición de su presidente desde Bruselas. Desde principio de este año, y tras el reconocimiento de un déficit mucho mayor al anunciado en 2011 España vuelve a ser el protagonista de todos los análisis agoreros. Todo parece indicar que los problemas no se van a ceñir sólo a los periféricos (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España), sino que el próximo protagonista de las turbulencias será Francia. Sea cual sea el resultado de la segunda ronda de las elecciones presidenciales francesas todo apunta a que ninguno de los candidatos está por la labor de llevar a cabo los ajustes necesarios, o no están contando a sus ciudadanos la realidad de la situación de la economía francesa. Su nivel de Deuda Pública sobre el PIB alcanza el 89%. Su déficit público esperado para este año es del 4,7% del PIB. Desde que la OCDE comenzó a hacer estadísticas de déficit público de los países en los años 70 Francia NUNCA ha tenido equilibradas sus cuentas públicas. El porcentaje de deuda pública francesa en manos de extranjeros es del 56%, el doble que en el caso de la deuda pública española. La economía francesa es deficitaria de ahorro: la necesidad de financiación anual de su economía asciende a 63.000 millones de dólares, cifra equivalente al 2,1% de su PIB. Aunque parezca que el tándem Alemania-Francia o MerKel-Sarkozy está marcando el ritmo en Europa, la situación de ambas economías no se parece en absoluto. Así, con datos a octubre de 2011, el Banco de Francia mantenía una posición deudora de 100.000 millones de euros en el Eurosistema, mientras que el Bundesbank alemán mantenía una posición acreedora de más de 500.000 millones de euros. Es sólo cuestión de tiempo que el centro de atención de los inversores se torne hacia Francia. Si el ganador final de las elecciones es Hollande y realmente aplica el programa que ha anunciado, las turbulencias con origen en el país galo están garantizadas en breve. Por Jesús Sánchez-QuiñonesDirector General de Renta 4 Banco Artículo publicado en Renta 4