El gran temor sobre la economía española a finales del año pasado era el enorme volumen de necesidades de financiación requerido en 2012.

El gran temor sobre la economía española a finales del año pasado era el enorme volumen de necesidades de financiación requerido en 2012. El Tesoro se enfrenta a necesidades de emisión por importe de 181 mil millones de euros; el ICO a necesidades que asciende a 25 mil millones; el sector bancario debe hacer frente a vencimientos por 125 mil millones de euros; y las CCAA a necesidades por 37 mil millones de euros. En conjunto la necesidad de financiación de las entidades españolas, sin contar las empresas privadas, asciende a 367 mil millones de euros durante el año en curso.En lo que llevamos de año, y pese a los repuntes de los diferenciales de los últimos días, el Tesoro ha sido capaz de colocar sus emisiones con cierta comodidad, tanto en volumen como en tipos. Así, a la fecha actual el Tesoro español ya ha emitidos 54 mil millones de euros, un 30% del importe total a emitir durante el año. La cadencia de emisión del ICO es similar a la del Tesoro, con emisiones realizadas que representan ya el 32% de sus necesidades anuales.Por su parte, el sector bancario ha realizado escasas emisiones respecto al elevado nivel de vencimientos que ha de afrontar durante el año: apenas 9.200 millones de euros, sólo un 7% de los importes que vencen este ejercicio. La liquidez aportada por el BCE erradica los problemas de refinanciación de los vencimientos de la banca en el corto plazo. Entre emitir papel al 3, 4 ó 5% o financiarse al 1% a través del BCE la mayoría de entidades han optado por esta segunda opción. No obstante, dicha elección no está exenta de riesgo a medio plazo. Depender de un único financiador, el BCE, que en principio no parece tener intención de renovar las líneas de liquidez a tres años en el año 2015, pospone la solución de un problema a dentro de tres años, pero no soluciona el problema de fondo. Mientras tanto la cuenta de resultados de los bancos se beneficia de la generosa financiación en cantidad y en tipo realizada por el Banco Central.Para cualquier banco, cuanto mayor sea el porcentaje de financiación procedente del BCE, más empeora la calidad del papel emitido por dicha entidad financiera. El BCE posee garantías sobre los préstamos concedidos, de tal forma que los bonos o pagarés del banco en cuestión serán papel subordinado en caso de problemas financieros en la entidad.En definitiva, las subastas de liquidez del BCE eliminan radicalmente el peligro de refinanciación de los vencimientos de la banca durante este año. Se han ganado tres años de tiempo, pero no se ha resuelto el problema de fondo.El verdadero problema de refinanciación de este año radica en las Comunidades Autónomas. De momento sólo han conseguido emitir 3.500 millones de euros, apenas un 9% de las necesidades del conjunto del año. Además, los tipos exigidos superan en dos puntos porcentuales los pagados por el Estado a los mismos plazos. Sólo hay dos soluciones: el impago de alguna CC.AA. (impago de bonos, no sólo de facturas); o la emisión de bonos por parte del Estado destinados a financiar a las CC.AA., los llamados Hispabonos. Inevitablemente supondría un mayor volumen de emisión por parte del Estado, y previsiblemente un aumento de los tipos de interés exigidos.La corrección drástica y estructural del déficit de las CC.AA. es imperativa. De no ser así la presión sobre la "prima de la deuda española" aumentará de forma considerable.           Artículo publicado en Renta 4