Cada 22 de marzo en Anesvad celebramos el Día Mundial del Agua, fuente de vida y de subsistencia. La potabilización y saneamiento del agua es crucial para la salud de miles de personas.
En 2011 tras las inundaciones que afectaron gravemente a Guatemala, Anesvad puso en marcha un proyecto de emergencia que apoyó directamente a 6.371 personas pertenecientes a tres comunidades reasentadas y a otras veintiuna que permanecen aisladas e incomunicadas, donde viven poblaciones indígenas como los Qiché, Kakchikel y Tzutujil. Entre las áreas prioritarias de ayuda, estuvo el restablecimiento de sistemas de agua potable y de saneamiento básico. La aportación de Anesvad ascendió a 9.842,80 euros.
Por su parte, en el país más pobre del hemisferio norte, Haití, Anesvad gracias a la AECID ha puesto en marcha un proyecto que tendrá una duración de dos años con 514.000 euros que van para una iniciativa de construcción de un sistema de abastecimiento de agua potable y saneamiento básico en la comuna de Ganthier. Este municipio se localiza en el Departamento Oeste, muy cerca de la frontera con República Dominicana.
Este proyecto beneficia a unas 700 familias, de las cuales más del 80% vive por debajo del umbral de la pobreza, es decir, perciben menos de 1,25 dólares de ingreso por día. Estas comunidades carecen de acceso a agua potable, disposición de excretas y otros servicios sanitarios básicos. Por ello se va a construir un sistema múltiple de abastecimiento de agua para consumo humano que sea sostenible y comunitario.
Llevamos agua a 340 familias en Perú
Otro ejemplo de lucha por el acceso al agua es el proyecto que actualmente tenemos vigente Anesvad junto a nuestra contraparte Haren-Alde para mejorar el estado de salud de la población más desfavorable de los distritos de Chimbán, Pión y San Luis de Lúcma (Perú).
En esta zona alejada de la mano del Gobierno peruano, llevamos a cabo Anesvad junto a Haren-Alde la construcción de un sistema que dota de agua segura a 340 familias que viven en situación de extrema pobreza. Estas poblaciones se abastecían de bolsas de agua y charcas formadas por la lluvia en las que abrevaban los distintos ganados de la zona, lo que creaba unas condiciones propicias para la diseminación de enfermedades contagiosas de tipo gastrointestinal.
La meta del proyecto consiste en aprovechar los manantiales, fortalecer las capacidades de la población local y, construir una red de distribución que abasteciese de agua mediante conexiones domiciliarias a 340 familias. Asimismo, se brinda capacitación a las poblaciones beneficiarias, las JASS y el personal de salud del ámbito de intervención, con el fin de disminuir los factores de riesgo y asegurar adecuados niveles de vida a la población.