Empezar el año con buen pie y disfrutar de un gran concierto de música clàsica es una tradición que se cumple a rajatabla en numerosas ciudades de Europa. Viena es la màs famosa de ellas, pero si uno no quiere adentrarse en el frío, Palma es la opción.

La alternativa perfecta para los que están buscando pasar un fin de año diferente está mucho más cerca: Palma organiza cada año un concierto de año nuevo de primer nivel y, al mismo tiempo, es la mejor garantía para una escapada de invierno asequible lejos del frío.

 

La gran cita para recibir el 2012 será en el Auditorium de Palma el próximo día 2 de enero, después de la resaca de la fiesta de primero de año y con la ciudad ya en calma. Ubicado en el Paseo Marítimo de la capital balear, este auditorio organiza el concierto de año nuevo desde hace ya 21 años con repertorios muy escogidos e intérpretes de alto nivel.

En esta ocasión, será la Orquesta Sinfónica de Baleares la que recibirá el año en Palma con piezas de Rossini tan reconocidas como Guillermo Tell o El Barbero de Sevilla, junto con obras de Tchaikovski, Bizet, Ponchielli y Strauss.

Palma es una ciudad ideal para pasar estas señalas fechas de fin de año. Los mallorquines habitualmente prefieren cenar fuera con los amigos y las calles y los bares están muy animadas en nochevieja, con bailes y cotillones para todos los gustos. El clima es templado, generalmente con sol y una temperatura media de 10 grados, perfecta para tomar algo en una terraza junto al mar, pasear, ir de compras y dar la bienvenida al año nuevo de una forma distinta.

Organizar una escapada a Palma para fin de año es sencillo y muy asequible, pues los precios de billetes de avión y alojamiento están más bajos que en verano: Una pareja puede perfectamente alojarse en un hotel de lujo en Mallorca por un precio asequible en estas fechas, por todo lo alto y sin complicaciones.

La oferta cultural es muy variada y no sólo el concierto de año nuevo es una cita imprescindible: Las galerías de arte abren sus puertas cada día, hay ciclos de cine, se renueva la cartelera de teatro y, en las calles, hay mercadillos tradicionales que son todo un espectáculo.

Palma se convierte así en un destino de fin de año diferente, cómodo, cercano y asequible para todos los bolsillos.