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Uno de los mayores tesoros de la ciudad

El palacio Hampton Court es una de las atracciones de Londres más espectaculares, con una historia que empezó en el siglo XVI. A lo largo de sus hectáreas podrá recorrer uno de los símbolos de la historia inglesa. No cabe duda que debe ser uno de los principales sitios resaltados en toda guia de Londres. Allí podrá apreciar fascinantes artefactos y reliquias, y en sus terrenos suelen organizarse actividades de ocio o familiares.

El palacio fue edificado por el cardenal Wolsey en la época del rey Enrique VIII, Hampton Court era el palacio más lujoso en su día. De hecho, pronto entró a formar parte de la colección de 60 casas y palacios del rey.

El rey Enrique VIII decidió cambiar la residencia de manera drástica para hacer sitio a sus cientos de sirvientes y miembros de la corte, y añadió la última gran sala medieval (Great Hall) construida por la monarquía británica, así como el campo de tenis real, ya que al rey le encantaba este deporte. Hoy en día, las instalaciones siguen acogiendo a un club de tenis.

En 1540, se colocó un reloj astronómico de Copérnico en el acceso al patio interno del palacio Hampton Court, que todavía funciona a día de hoy y muestra información sobre la posición de la luna y las estrellas, además de la hora.

En el siglo XVII, comenzó un proyecto de renovación a gran escala. Se pidió al legendario arquitecto Sir Christopher Wren la creación de los planos para modernizar la residencia, obras que incluyeron el patio de la fuente, o Fountain Court.

Hoy en día, el palacio Hampton Court sigue siendo una de las atracciones de Londres más populares. Numerosos turistas lo visitan todos los días para ver el famoso laberinto de Hampton Court, las cocinas de Enrique VIII, la Capilla Real y muchas otras joyas del patrimonio británico.

El laberinto de Hampton Court fue encargado a principios del siglo XVIII por el rey Guillermo III. Es el laberinto de arbustos más antiguo del país que todavía sobrevive. Ocupa una zona de unas trece áreas y media, e incluso a los visitantes más avispados les resultará difícil encontrar la salida. De hecho, es famoso por sus ingeniosos giros, cambios de sentido y callejones sin salida.

Mientras tanto, los aficionados a la gastronomía disfrutarán de las cocinas tudores, un amplio complejo diseñado para alimentar a 600 personas al mismo tiempo. Hoy en día, varios chefs todavía las utilizan para preparar platos tradicionales de la época de los tudores.

En su día, las cocinas se utilizaban para preparar 1.240 bueyes, 2.330 ciervos, 760 terneros, 1.870 cerdos y 53 jabalíes al año, por no hablar de los más de 2.700.000 litros de cerveza que se bebían para pasar la comida.

Otra joya del palacio Hampton Court es la hermosa Capilla Real, que lleva unos 450 años en uso. Hoy en día, la Capilla Real dispone de su propio coro, que a menudo realiza actuaciones de música coral y villancicos para las cuales suelen agotarse las entradas.

A los amantes de la naturaleza les encantará explorar las casi 25 hectáreas de los jardines de Hampton Court, que contienen más de 200.000 flores, fuentes con chorros de agua y la viña más grande del mundo, que tiene más de 240 años.

Si busca algo que hacer en Londres, encontrará numerosas opciones en el palacio Hampton Court, desde proyecciones frecuentes de una película nueva sobre las seis esposas de Enrique VIII a visitas guiadas que le descubrirán algunos de los secretos históricos más lúgubres relacionados con el palacio.

El palacio Hampton Court también es famoso por ser uno de los lugares más embrujados del Reino Unido. Apúntese a uno de los frecuentes Tours de los Fantasmas; es una manera divertidísima de aprender más sobre la historia del palacio.

Al parecer, la quinta esposa de Enrique VIII, Catherine Howard, frecuentaba la Long Gallery, mientras que, por lo visto, la Silver Stick Gallery era el hogar de la tercera esposa del rey, Jane Seymour. También dicen haber visto al cardenal Wolsey y a Ana Bolena.

Por último, la popular pista de patinaje sobre hielo volverá a la entrada oeste del palacio este año. Qué mejor lugar que este para pasar un día de invierno con los amigos.