Una conversación grabada en secreto y entregada al Tribunal de Londres pondría en evidencia al oligarca Oleg Deripaska.
Madrid, noviembre 7 de 2011. Una nueva pieza probatoria que se ha convertido en el centro de la batalla legal entre dos oligarcas rusos podría convertirse en el dolor de cabeza de otro magnate que enfrenta una demanda por hechos parecidos en el Tribunal de Londres, reportó el Wall Street Journal la semana pasada.
La transcripción de una conversación grabada en secreto entre Boris Berezovsky y Roman Abramovich, célebre dueño del equipo de fútbol Chelsey, en un aeropuerto de Paris, pone en evidencia al oligarca Oleg Deripaska, porque reconoce explícitamente la relación de éste último con Michael Cherney, el empresario israelí de origen uzbeco, que lo demandó por 4 billones de dólares ante el tribunal de Londres. Cherney alega ante la corte que Deripaska lo engañó y le debe todavía el pago de sus acciones en la compañía de aluminio más grande del mundo, Rusal, mientras que Deripaska ha negado sistemáticamente que fuera alguna vez socio de Cherney o que le deba dinero.
Esta prueba salió a la luz a raíz de un juicio entre Berezovsky y Abramovich, en el que se disputa una cifra cercana a los 6 millones de dólares. La conversación entre los dos tuvo lugar en una sala privada del aeropuerto Le Bourget en diciembre de 2000. A esta reunión asistió también Badri Patarkatsishvili, amigo cercano y socio de Berezovsky, que murió en 2008. En la conversación, grabada por Patarkatsishvili, Abramovich y Berezovsky discuten detalladamente sus relaciones de negocios.
Berezovsky, quien huyó de Rusia en el año 2000 después de enemistarse con el entonces presidente Vladimir Putin, ha acusado a Abramovich de intimidarlo obligándolo a vender su participación accionaria en la compañía rusa de petróleo Sibneft por mucho menos de su valor real y de vender sin su consentimiento acciones de la compañía Rusal de su propiedad cuya administración le había encargado. Abraimovich, por su parte, asegura que Berezovsky nunca tuvo acciones de Rusal ni de Sibneft, y que los pagos que le hizo fueron por “protección política”.
En un punto de la conversación en Le Bourget, Berezovsky comenta que los dos debieran “legalizar” su interés en el sector del aluminio. “Si legalizamos, ellos tendrían que hacerlo también” contestaba Abramovich. “No pueden tener una mitad legalizada y la otra no… Aparecerían todos: Bykov, Misha, Antón, Aksyon y Oleg Deripaska, así como sus compañías”.
Tanto Berezovsky como Abramovich han aceptado que “Misha” es Michael Cherney, aunque difieren en la interpretación del término “legalizar” en el contexto de la conversación.
Lo cierto es que, según los abogados de Berezovsky, “la única interpretación que admite ese fragmento es el reconocimiento de quiénes eran los verdaderos dueños de Rusal en esa época”.
Sin embargo, un portavoz de Deripaska insiste en que él “nunca fue socio de ninguno de estos individuos. Es más, él (Deripaska) ya ha explicado al Tribunal de Londres que era víctima de un chantaje por parte de Michael Cherney y Antón Malevsky”. Cherney niega esta acusación y ha declarado “Tendré mi oportunidad en abril de 2012. Claro que era socio de Deripaska, y era reconocido como tal. Esto lo probaré ante el Tribunal el próximo año”.
Deripaska es sospechoso de tener lazos con el crimen organizado, motivo por el cual el gobierno de Estados Unidos había decidido cancelar su visado, aunque hace poco viajó como parte de una delegación oficial. Deripaska ha pagado cientos de miles de dólares a la firma de lobby Endeavour Group para que le ayude a resolver este asunto.
Los antecedentes del conflicto entre Cherney y Deripaska se remontan a 2006, cuando el primero demandó al segundo en una corte londinense para exigir el pago por la venta del veinte por ciento de las acciones de la compañía de aluminio Rusal (la segunda más grande del mundo). El valor adeudado, incluyendo los intereses, asciende a 4 billones de dólares. La corte ha desestimado todos los intentos de Deripaska para que declare que no tiene jurisdicción y el juicio comenzará formalmente en abril de 2012.