Las obras de restauración de la solería de la Capilla Real de la Catedral ya estàn deparando las primeras sorpresas. Son unas novedades que no dejan indiferente a nadie y que suponen una gran aportación a la historia del monumento.
En el centro de la capilla, una vez retirado el suelo de mármol, se ha encontrado un rectángulo perfectamente delimitado por los puntos de anclaje de lo que se supone era una balaustrada. Justo debajo del rosetón que preside el piso. Los expertos creen que en ese punto podría encontrarse la primera tumba del Rey San Fernando en la Capilla Real, antes de ocupar su actual ubicación. También se ha descubierto la solería original de 1573, de barro cocido en rojo y beige, que en algunas zonas está en perfecto estado. El hallazgo ha entusiasmado al Cabildo Catedral y a los responsables de su conservación por su importancia y por no existir hasta la fecha ninguna constancia, como relató ayer Alfonso Jiménez, arquitecto y conservador de la Catedral: “Nada de lo que está saliendo se encuentra en documento alguno ni en el Arzobispado siquiera. Nos hemos quedado perplejos porque no lo sabíamos”. El espacio, que todavía estaba siendo limpiado por los alumnos de la escuela taller de Forja XXI que se encargan de los trabajos, mide 4.70 metros, de norte a sur; y 6,20 de este a oeste. En su centro se encuentra el rosetón de 2,88 metros de diámetro. La hipótesis con la que trabajan los investigadores es que ahí estuvo el primer enterramiento de San Fernando cuando se construyó la Capilla Real: “Lo que sale de ahí es un túmulo del cual tenemos cuatro piezas como mínimo. Son las lápidas que están a los pies de la urna del rey. Actualmente no se ven y han sido pensadas para que se vean a distancia, por lo que pensamos que ése no es su lugar original”. El siguiente paso que se dará, que no estaba en el guión original, será levantar el rosetón para ver qué hay debajo. “Vamos a retirar algunos injertos para ver su espesor y hacernos una idea del peso. Luego se engasará y se le irán metiendo debajo paneles y espuma. La idea es levantarlo en unos 15 días para excavar debajo. Ésa será la prueba del nueve”, resumió Jiménez. Desde su muerte, el cuerpo de San Fernando ha ocupado varios lugares en la Catedral. El día siguiente del fallecimiento, ocurrido el 30 de mayo de 1252, fue enterrado en lo que hoy serían las gradas del altar mayor. Allí permaneció hasta 1433, año en el que se empezó a construir el edificio gótico. En ese momento el cuerpo del rey, junto a los de su hijo y su esposa, se llevó al salón principal de la Colombina, en la plata adyacente a la nave del Lagarto, mientras se levantaba el actual espacio plateresco. La capilla se terminaría en 1573 con la colocación de la solería -ahora hallada- suministrada por Juan de Gainza. A partir de ahí, hay dos hipótesis: Unos piensan que la familia real estuvo en este lugar y que San Fernando se trasladaría posteriormente a la urna cuando fue canonizado, y por tanto sería la tercera tumba del monarca. Hay otra corriente que asegura que sería un elemento intermedio mientras que se construía la urna de plata, que tardó en hacerse 50 años. La retirada de la solería también ha hecho aparecer otros agujeros en la parte norte que podrían sostener un órgano elevado. También, en el extremo sur, han salido evidencias de otra reja de madera que delimitaría una zona a la que el público no podría acercarse. “Esto es una pequeña investigación que está dando sus frutos y levantando dudas a mansalva. Llegaremos hasta donde podamos. Hay que aprovechar esta oportunidad. Además, es la primera vez que se excava fuera del perímetro de la Catedral”, concluyó el conservador. La obra de sustitución del suelo debe acabar en abril de 2012, aunque, tras los hallazgos, podría alargarse, “aunque no más allá de septiembre de 2012″, advirtió el canónigo Francisco Navarro.