A la hora de invertir en un curso o seminario, es importante elegir un valor seguro.
A la hora de invertir en un curso o seminario, horas de trabajo de nuestros directivos y dinero que siempre cuesta ganar, es importante elegir un valor seguro. ¿ Si nos dijeran que existe un curso, muy agradable, respetuoso, que crea hondo sentido de pertenencia y es capaz de detectar la verdadera competencia, el verdadero talento, y la verdadera vocación de cada participante, mostrando el plan de acción para recuperarlos y gestionarlos para triplicar así la eficacia personal? ¿ Y si terminaran asegurándonos que las antedichas leyes se aplican tanto a personas como a organizaciones y crean un hondísimo sentido de pertenencia, y presentan diagnósticos profundos y certeros de la empresa, y permiten encontrar la vía única estratégica para extraer orgánica y suavemente lo mejor de la organización y su gente?
Probablemente, si no lo sabes ya, preguntarías de qué se trata. Te dirían que del MAT (Metamodelo de Análisis Transformacional) creado por Preciada Azancot Medina. Esbocemos las bases y fundamentos de esta ciencia de la organización del tercer milenio.
El MAT muestra, tras veintidós años-voluntariamente silenciosos y solitarios-, de exigente verificación sobre más de 120.000 casos, que el ser humano no es, como se suele afirmar desde los Griegos antiguos, cuatridimensional. No. El ser humano tiene seis estructuras, cada una altamente especializada en desempeñar una de las seis funciones vitales e indispensables para la vida. Es decir, no como dice Maslow -seguridad, pertenencia, estatus-autoactualización- y nos repiten en todos los MBAs, sino como lo demuestra la Teoría Omega del MAT: muy precisamente y en este orden jerárquico: seguridad, desarrollo, justicia, transformación, pertenencia y plenitud.
El MAT demuestra que las emociones no son "estados de ánimo" incontrolables e imprevisibles, sino que son las seis únicas energías inteligentes e innatas, altamente especializadas, aptas para hacer funcionar correcta y eficazmente cada una de nuestras seis estructuras. Y no de manera aleatoria, sino científicamente, objetivamente.
En definitiva, las enseñanzas y las experiencias que se tienen con el MAT son duraderas y lo ganado es casi irreversible. Lo único que quedaría es conocerlo también de primera mano y comprobar, en carne y cerebro propios, sus bondades. Tras lo cual sertá fácil compararlo con fundamento con todas las demás ofertas del mercado.