Aquí están algunas generalidades a tener presentes al elegir a un fontanero:
Considerar sólo a los fontaneros con licencia, especialmente si la Comunidad autónoma en España requiere licencia específica, como lo hacen la mayoría de los países europeos.
Evaluar sólo a los fontaneros que puedan entregar prueba de un seguro de responsabilidad civil.
Es importante preguntar al fontanero cuánto tiempo lleva como profesional en activo en el sector de la fontanería. Cuanta más experiencia tenga el fontanero o la empresa de fontaneros, mejor.
Después de que el profesional analice las canalizaciones, sanitarios y todos los aspectos de la fontanería, debe ser capaz de ofrecer estimaciones precisas de cuál debe ser la forma para resolver el problema de fontanería.
Es necesario asegurarse de la garantía del trabajo realizado, así como el de las piezas sustituidas, incluidas en el presupuesto, incluyendo las nuevas piezas necesarias.
No hay que olvidarse de solicitar una lista de referencias de clientes satisfechos y revisarlas antes de contratar al fontanero.
Ahora que el usuario es conocedor los consejos generales, aquí hay cinco preguntas críticas que debe hacer a cada fontanero antes de contratarlos:
Las preguntas correctas que el usuario necesita hacerle al fontanero antes de contratar su servicio
Las respuestas a estas preguntas ayudarán a elegir un fontanero que esté calificado para resolver problemas de todo tipo. También impedirán contratar al fontanero equivocado, un percance que podría resultar en mayores problemas relacionadas con la fontanería que podrían costar al usuario cientos de euros.
¿Cuál es el gasto total estimado de arreglar el problema de fontanería?
Los usuarios deben ser cuidadosos con la información recibida, si no escépticos, acerca de los presupuestos que se reciben por teléfono. Los buenos fontaneros de forma natural, prefieren ver y analizar el problema de tuberías del cliente, antes de ofrecer un estimado del precio total de las reparaciones a realizar. Además, los profesionales experimentados incluyen el precio de cualquier pieza nueva necesaria para completar la reparación. Se puede verificar este problema preguntando al fontanero elegido si el presupuesto incluye tanto las piezas como el precio de mano de obra.
Preguntar ¿Quién hará el trabajo?
Si el fontanero con el que habla utiliza ayudantes o subcontratistas u otras empresas de reformas, es importante preguntar por las credenciales y la experiencia que disponen. No hay que arriesgarse a que la persona que realmente está arreglando las tuberías tenga menos entrenamiento o experiencia del fontanero con quien se ha pactado el presupuesto inicialmente.
¿Tiene licencia el fontanero?
Si por el tipo de trabajo se requiere licencia de actividad como negocio, hay que asegurarse de que el fontanero haya pasado todas las pruebas para obtener una licencia. En estos casos se debe exigir poder ver la licencia o permisos. Es mejor desconfiar un poco de los fontaneros recién licenciados sin mucha experiencia, pero también pueden proporcionar una mejor tarifa en los trabajos realizados que aquellos con más años de experiencia.
Preguntar: "¿Está asegurado y asociado?"
Una respuesta afirmativa debe significar que el fontanero está preparado para ofrecer todo tipo de evidencia del seguro de responsabilidad civil. Si se le pregunta, es importante dejar claro al fontanero que no se quiere ser legalmente responsable de las lesiones o perjuicios que cause el profesional mientras se encuentra en el trabajo o en la vivienda del usuario arreglando un problema de fontanería. El usuario tiene el derecho, si no el deber, de realizar esta pregunta.
¿La tarifa es por hora o fija?
Es importante aclarar el presupuesto que se recibe para evitar sorpresas desagradables cuando se termine el trabajo de reparación. Si el fontanero indica que la tarifa es por hora, hay que asegurarse, según la experiencia del fontanero, cuánto tiempo necesita para terminar la reparación. Cuanta más experiencia tenga el fontanero cualificado, mejor, porque ayudará al fontanero a dar una estimación precisa del tiempo que normalmente tarda en completar la reparación, suponiendo que la avería sea de fácil acceso.