Las postales, viajar sin aire acondicionado o escuchar el mismo casete durante todo el trayecto son algunas de las diferencias analizadas por IMF Business School para comparar cómo se viajaba en los 80 y cómo se hace hoy día
La forma en la que se viajaba hace cuatro décadas ha evolucionado a la misma velocidad que lo ha hecho la tecnología y parece que ya nadie recuerda los viajes en coche con la ventanilla bajada, los casetes de música o de chistes, así como la expresión de “ir a 100 por hora” para referirse a conducir a gran velocidad.
Para entender hasta qué punto ha cambiado la forma de viajar, IMF Business School ha echado un vistazo al pasado y buscado las 13 diferencias más curiosas entre cómo se viajaba en los 80 y cómo se hace en la actualidad:
Fumar durante el vuelo, permitido Así es. Tan sencillo como comprar el billete en la zona de fumadores. Sin embargo, en un lugar tan cerrado, esto acababa perjudicando al resto de pasajeros y a finales de 1990 comienza a prohibirse. En este caso, la expresión de 'cualquier tiempo pasado nos parece mejor', puede que no coincida con lo que piensen los no fumadores.
Origen y destino España En la actualidad no sólo se va al extranjero, sino que cada vez se busca más un destino más lejano y exótico que el anterior, pero antes salir del país era bastante inusual. Y es que, en los 80, el vuelo más barato a Londres podía costar entre 50.000 y 100.000 pesetas (entre 300 y 600 euros), lo mismo que el sueldo medio español en ese momento.
Elegir qué inmortalizar Los afortunados que contaban con cámara analógica, tenían que seleccionar muy bien cuál era la foto perfecta ya que el carrete era de 24 y cambiarlo, sin la ayuda de un profesional, no era una tarea sencilla. Nada que ver con hoy día que la cámara ha sido sustituida por el smartphone o la tableta. Ahora sacar una imagen borrosa o cortada se ha convertido en misión o imposible, o no.
La postal es la bisabuela del whatsapp En aquellos años, cuando se iba de viaje o a vivir o trabajar fuera del pueblo, enviabas postales. Es más, en muchas ocasiones se tenían que comprar y enviar justo al llegar, sino se regresaba y el destinatario no la había recibido.
El 127, el 600 o el 1430 Ellos eran los responsables de los grandes atascos para llegar a la playa. La marca Seat era la más extendida en cualquiera de sus modelos. Aunque ahora pueda parecer imposible en ellos entraban los padres, los hijos, los abuelos, la mascota y el hijo del vecino del tercero, y sin aire acondicionado
¿Las maletas? En la baca Las familias tenían enormes maletas de piel o imitación en las que entraba la ropa de todos. Muy diferente a las maletas de cabina de hoy día: compacta, de cuatro ruedas, duradera y con mucho estilo.
El casete era el acompañamiento ideal Mecano, Alaska o una cinta de chistes amenizaban el trayecto. Nada de Spotify ni listas de reproducción, el mismo casete durante todo el viaje.
Concursos para irnos de vacaciones En los años 80, el viernes noche era la hora del 1,2,3 y de soñar con optar al premio más valorado el célebre apartamento en Torrevieja. Nada que comparar con el archiconocido Q12 Trivia.
Agencias de viajes o anuncios en los periódicos Eran los encargados de informarles y reservar sus vacaciones. Sin embargo, tenían que fiarse de ellos ya que no podían saber previamente las opiniones de otros usuarios o buscar en diferentes webs hasta conseguir el mejor precio.
La casa del pueblo era “hacer turismo rural” Aunque pueda parecer algo actual, el turismo rural ya existía hace años, pero se trataba de la casa del pueblo de la familia.
Ritual sagrado: las dos horas de digestión Hace 40 años este tiempo de espera no era negociable, pero actualmente sí ya que no existe ninguna evidencia médica ni biológica que lo apoye. De hecho, algunos nadadores profesionales comen inmediatamente antes de una competencia para tener la energía necesaria para un buen desempeño.
Publicidad en la playa Estabas tranquilamente tomando el sol en la playa y de repente pasaba el helicóptero o la avioneta tirando camisetas, botellas o pelotas de plásticos. Cualquier cosa que animara a tirarse al agua e ir a buscarlo nadando. Esto ya no sucede, quizás por los peligros que entrañaba esta inesperada competición por conseguir el codiciado merchandising.
¿La cabina o locutorio más cercano? Nada de móviles con los que estar en contacto 24/7, tenían que buscar una cabina o locutorio y, muy importante, llevar algo de suelto.