Con esta iniciativa, la basílica que acoge a la patrona de la ciudad se prepara para Las Fallas, una semana durante la que será visitada por miles de personas de todo el mundo y, especialmente para la Ofrenda de Flores, uno de los actos más emotivos de Las Fallas, que congrega cada año a más de cien mil personas
La Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia ha cardioprotegido sus instalaciones para ofrecer una seguridad añadida a fieles y visitantes en caso de accidente cardiaco. El templo ha instalando un desfibrilador y formado a sus equipos en técnicas de Soporte Vital Avanzado (SVA) y Resucitación Cardio Pulmonar (RCP).
Con esta iniciativa, la basílica que acoge a la patrona de la ciudad se prepara para Las Fallas, una semana durante la que será visitada por miles de personas de todo el mundo y, especialmente para la Ofrenda de Flores, uno de los actos más emotivos de Las Fallas, que congrega cada año a más de cien mil personas.
La basílica de la Virgen de los Desamparados es uno de los templos más queridos y visitados de Valencia “y gracias a este desfibrilador – señala Nuño Azcona, director general de B+Safe- tanto los fieles que acuden a los diferentes oficios religiosos como los miles de visitantes y turistas que acuden a conocer a la patrona estarán cardioprotegidos en caso de sufrir un accidente cardiaco”.
“En la Basílica de la Virgen se han instalado desfibriladores ante posibles emergencias para mejorar el servicio que ofrecen a los fieles y a todos los visitantes” señala Luis Agudo Crespo, Director de Comunicación de la Archidiócesis de Valencia. “Queremos ofrecer el servicio religioso con las mayores garantías” comenta Luis Agudo.
Cardioprotección Según el DECRETO 159/2017 de 6 de octubre, en la Comunidad Valenciana es obligatoria la instalación de desfibriladores en determinados espacios, como aeropuertos y puertos comerciales, estaciones o apeaderos de autobuses o ferrocarril de poblaciones de más de 50.000 habitantes, y las estaciones de metro con una afluencia media diaria igual o superior a 2.000 personas. También hay que instalarlos en centros o complejos deportivos en los que el número de personas usuarias diarias, teniendo en cuenta todos sus espacios deportivos disponibles, sea igual o superior a 500, en centros educativos con un aforo igual o superior a 1.500 personas y en establecimientos públicos con un aforo igual o superior a 1.000 personas.
ANEXO
Solución DOC® Los avances tecnológicos han permitido crear DESA fáciles de utilizar por personal no sanitario y con las máximas garantías de calidad y seguridad.
B+Safe ha patentado la solución DOC® (Desfibrilador Operacional Conectado) única del mercado que ofrece todas las soluciones integradas en el propio equipo que permanece conectado y operativo las 24 horas del día. El desfibrilador semi-automático Philips, unido a un sistema de comunicación, garantiza 24 horas los diferentes servicios de telecontrol, geolocalización, tele-asistencia, asistencia verbal directa de un especialista de emergencias presta al usuario, alerta automática de socorro. Además, B+Safe dispone de un centro de atención telefónica y equipo técnico propio para su mantenimiento.
Espacios cardioprotegidos conectados
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.
Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.
Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados
Cadena de Supervivencia:
Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia. Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP). Desfibrilación temprana. SVA y cuidados post-resucitación