La escasez de espacio de almacenamiento en las viviendas y el auge de profesionales independientes y pequeñas empresas que operan online ha llevado a un crecimiento sostenido en la demanda de espacios de almacenamiento adicionales en toda España. Este problema es particularmente evidente en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, aunque afecta cada vez más a todas las áreas urbanas del país. Como resultado, un número significativo de clientes particulares y profesionales se ven obligados a recurrir al alquiler de trasteros para dar cabida a sus pertenencias, herramientas, o mercancías.
Según datos aportados por la AESS (Asociación Española de Self Storage), los trasteros en España se alquilan por un promedio de 11 meses al año y el usuario de los mismos suele repetir casi siempre. En el caso de los profesionales, la duración de las estancias son mayores y suelen valorar la flexibilidad de estos espacios para adaptarse a sus necesidades comerciales cambiantes.
Sole Martínez, Gerente de la AESS, explica que "quién lo usa una vez, suele repetir ya que comprenden la ventaja de convertir un gasto que antes era fijo en un gasto variable, pagando solo cuando lo necesitan".
El retrato robot del usuario de trasteros establecido por la AESS también señala que es una persona de entre 35 y 65 años, residente en una gran ciudad, que además invierte un promedio de 70 euros al mes (aunque esto varía según la ciudad e incluso el barrio) y que vive a tan solo 10 minutos del centro del Self Storage al que acuden. En el caso de profesionales y empresas, su elección de ubicación depende en gran medida de su área de influencia laboral, y buscan espacios de almacenamiento más amplios.
Martínez explica que "es un servicio que puede ser utilizado por personas de todas las edades y situaciones, desde jóvenes que alquilan un trastero al mudarse de casa hasta personas mayores que necesitan liberar espacio en sus hogares a medida que sus hijos abandonan el nido". Además añade que "aproximadamente el 80% de los clientes de un centro de Self Storage de una ciudad viven o trabajan a menos de 8-10 minutos del centro en cuestión".
Los precios de los trasteros varían considerablemente según la ubicación específica de cada centro y la oferta en el mercado circundante. En Madrid, por ejemplo, los precios oscilan entre 40 y 100 euros al mes por un espacio de 2 metros cuadrados, mientras que en Barcelona, varían entre 70 y 100 euros al mes para el mismo espacio. Para espacios de 4 metros cuadrados, los precios en Madrid van desde 70 a 100 euros al mes, mientras que en Barcelona se encuentran en un rango de 60 a 120 euros al mes.
Según la AESS actualmente el mercado se mueve por un 60% de particulares y un 40% de profesionales, especialmente pequeñas empresas y autónomos. Esto marca una diferencia cada vez más estrecha entre estos dos tipos de clientes, que suele reducirse o incluso invertirse en centros ubicados en áreas donde las empresas tienen un mejor acceso a los servicios que ofrecen los centros de Self Storage.
Los servicios más demandados por los usuarios que alquilan trasteros son: disponibilidad 24/7, estacionamiento para carga y descarga, sistemas de alarma, servicios logísticos, videovigilancia, venta de material de embalaje, carretillas para transporte de producto, recogida/entrega a domicilio, áreas de reunión, Smart lockers para recepción y envío de paquetes, control de temperatura y control sanitario.
Martínez destaca que "los particulares suelen contratar servicios adicionales como mudanzas y/o recepción de paquetería junto con el espacio de almacenamiento, mientras que las empresas utilizan los minialmacenes como almacenes logísticos de última milla e incluso para la domiciliación de empresas y zonas de reuniones, convirtiendo un antiguo gasto fijo en variable".
Acerca de AESS
La Asociación Española de Self Storage (AESS) es la única asociación oficial en España y es miembro de FEDESSA (Federación Europea de Asociaciones de Self Storage). Su objetivo principal es unificar la visión del sector del Self Storage a través de todos los agentes involucrados (operadores, proveedores, inversores) informando e incrementando la notoriedad pública de este sector. Reúne tanto a grandes operadores como a pequeños, que ofrecen soluciones de autoalmacenaje a particulares y empresas, cumpliendo con un estricto código deontológico y garantizando un servicio de calidad al cliente final además de velar por la salud del sector en España.