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El pasado 22 de noviembre, el Teatro Monumental de Madrid, acogió un concierto único de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid que, invitó a un viaje estilístico haciendo un recorrido que fue desde Paco de Lucía a Gershwin, desde las profundidades flamencas hasta el jazz más prodigioso. La formación estuvo brillantemente dirigida por Borja Arias en lo que ha supuesto la consagración artística del joven músico

De esta forma, Arias ha dado un paso más en su trayectoria, con una dilatada experiencia profesional tanto en el jazz, como en el género dramático y los musicales. Así que, este concierto de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid, ha sido la confirmación de que el joven director ya no es únicamente una promesa musical y hace tiempo que ha abierto su abanico de posibilidades artísticas.

Para este concierto, la Banda presentaba sus mejores galas gracias a una triada que resultó exitosa: la figura magistral del solista Antonio Serrano, la dirección precisa y enérgica de Borja Arias, y un repertorio con obras y orquestaciones ad hoc. Todo esto, dentro del Festival Internacional de Jazz que, se ha convertido en cita ineludible de los lenguajes no tan comunes en las formaciones tradicionales.

Una vez más, Borja Arias ha demostrado, también a la batuta, la polivalencia de su carrera musical curtida en la interpretación, la composición y la dirección. Este músico ha completado un recorrido musical que le ha llevado a dirigir más de una quincena de producciones como ‘Cantando bajo la lluvia’, ‘Anastasia’ o ‘El Guardaespaldas’.

Esta experiencia, sumada a su saber hacer, han hecho que Arias haya adquirido una versatilidad del oficio con la que ha creado un gesto para el que la Banda madrileña estuvo receptiva, en un lenguaje que la formación integró con solvencia. No es de extrañar, por tanto, la buena acogida que tuvo el recital entre los asistentes que llenaron el teatro.

El dominio de un director que conoce la música desde el fondo de la composición y la orquestación se hace latente en Arias con la sensibilidad de la construcción del fenómeno sonoro. Todo esto permitió que el joven director guiara un concierto en el que el respeto a las texturas, la sonoridad de la Banda y los cambios estilísticos quedaron resonando en el Monumental.

"Tenemos en Arias a una "rara avis" de la dirección, madurado en la cotidianeidad silenciosa del trabajo diario más que en una imagen mediatizada, tan típica en nuestros tiempos. Una batuta que se mueve para crear música y no para lucir gestos. Un abordaje de la música basado en el respeto de la partitura y no en la luz del ego propio. Este concierto ha demostrado, por tanto que, Borja Arias es una especie de músico y director en peligro de extinción al que debemos cuidar, en un mundo con más selfies que horas de estudio".