Las rutinas y las vivencias del día a día provocan un estado de irreflexión que muchas personas necesitan sobrepasar para avanzar como ser humano. Este es el principal objetivo que ha querido plasmar Victoria Keifs en su primera novela Argua. La obra, editada por Caligrama, editorial de Lantia Publishing, contiene las vivencias que experimentan dos adolescentes tras descubrir un secreto de su pasado.
La adolescencia es una etapa de la vida en la que las personas aprenden a experimentar y así sucede con los dos protagonistas de la novela, que al tratar de resolver un alarmante misterio descubren un mundo nuevo y diferente, Argua: un lugar habitado por extrañas criaturas que poseen increíbles poderes sobrenaturales.
Con dichas facultades sobrehumanas tendrán que lidiar los protagonistas para salvar tanto este nuevo entorno como el planeta Tierra. Para lograrlo, los protagonistas serán sometidos a un intenso entrenamiento con el objetivo de descubrir sus poderes. ¿Será suficiente para capturar los nueve elementos y luchar contra el mal en la tarea más importante de sus vidas?
A medida que avanzan las páginas de esta obra, los lectores pueden encontrar una vía de escape a las incongruencias que les rodean y asimilar quién quieren ser de verdad, como les ocurre a los protagonistas. También podrán comprender lo inexplicable, al mismo tiempo que escapan de la monotonía y aprenden a luchar ante las dificultades.
La autora
Victoria Keifs (Castellón, 1985) Desde pequeña estuvo interesada por el mundo fantástico, dibujaba criaturas e imaginaba aventuras. Con el paso de los años, decidió estudiar arte en la Universidad de Reino Unido, aunque la rutina le aburría porque su mente necesitaba más actividad, conocer nuevos lugares. Por eso, “dejé todo lo que tenía en España, yéndome sin nada, a explorar mundo, llevando mis viajes sola al siguiente nivel, sin vuelo de vuelta”.
La aventura se convirtió en pesadilla. Después de recorrer los lugares más remotos, enfermó de dengue, lo que la postró en una cama durante meses, sin recibir la atención médica necesaria
y sufriendo maltrato psicológico. Allí empezó su infierno. “Para evadirme de la situación empecé a escribir el libro como medio de escape, evitando volverme loca o sucumbir a las manipulaciones psicológicas con las que pretendían romperme el alma como un animal”.
En cuanto tuvo fuerzas, huyó a Nueva Delhi, donde una familia la acogió en su casa para recibir asistencia médica. De vuelta en España construyó un mundo alternativo llamado Argua, un ejemplo para que todas las personas que necesitan escapar de un mal momento no se rindan y luchen. “Todo en esta vida es posible, si puedes imaginarlo”.