La novela pone cara a las personas detrás de la producción de cocaína
Como un ejemplo más de la narcoliteratura la cual utiliza la narrativa para hacer un llamamiento social y político sobre el tráfico de drogas, La cosa (Editorial Tregolam) hace reflexionar asimismo sobre las graves consecuencias de su consumo, sobre la explotación de la tierra y sobre la parte más humanizada de los pequeños productores de la planta de la coca.
La historia del escritor César Cordovéz Pérez se instaura en el mercado como una denuncia social acerca de un problema que afecta a nivel mundial: el consumo ilegal de la cocaína.
Esta novela repleta de mafias criminales, chantajes, sobornos, asesinatos, dinero y poder se presenta como una trama coral en donde cada capítulo es narrado por los distintos personajes que forman parte de la red de producción y distribución de la droga en Latinoamérica.
El escritor cuenta, principalmente, la vida de Enzo Zelada, un campesino que se dedica al cultivo y acullicamiento de la coca para después enviarle las hojas a su proveedor. A partir de aquí, el escritor irá narrando las historias del resto de los eslabones que conforman esta cadena de fabricación y distribución principalmente en países como Bolivia, Perú, Brasil o Ecuador, cuyo centro neurálgico es el maltratado Amazonas.
Cada uno de ellos, como hebras de un hilo irrompible y corrupto, irán mostrando al lector su función en la urdimbre del narcotráfico que va narrando de manera realista y contundente el escritor quiteño.
Todos ellos, se introducirán de forma irremediable en este comercio clandestino debido a la falta de oportunidades para sobrevivir y también para hacerse valer en una zona donde el único recurso es la naturaleza.
"Hollywood presenta al latinoamericano como un desadaptado y libertino macho que no respeta ni a Dios, ni a la ley. Con esa imagen recorren sus películas el mundo y dejan el mensaje del caos y el primitivismo de nuestras sociedades. Yo presento a un latino que lucha tenazmente y con pocos medios contra una naturaleza que es fértil pero hostil y que le permite subsistir sin generar verdadera riqueza".
Desde el agricultor que planta la erythroxylum coca, pasando por los laboratorios hasta alcanzar su destino en países como Estados Unidos, cada uno de ellos conforman una serie de subtramas adictivas que completan el eje principal de La cosa: una reflexión audaz y oportuna sobre el daño que inflige en la sociedad la cocaína y la impunidad absoluta de muchas de las organizaciones criminales.
"La Selva Amazónica, como lo describo en mi libro, es 'tierra de nadie' para los productores y traficantes. La selva es una testigo ciega y muda que favorece el escondite".
La novela de César Cordovéz Pérez funciona como un megáfono para aquellas voces silenciadas de los pequeños productores que acierta con su mensaje y con la elección de unos personajes que representan de manera fiel a aquellas personas que por falta de proyección laboral quedan atrapadas en las fauces del tráfico de drogas.
"Considero que el narcotráfico y las drogas son una realidad en el mundo entero, como son las guerras, las catástrofes naturales, el terrorismo, etc. Las actividades furtivas y disimuladas del narcotráfico, su consumo semiclandestino y todas sus facetas son ilegales, lo que convierte a personas como tú o yo en actores de dramas híperoriginales y parte de fantasías casi palpables".
La cosa muestra la otra cara de la producción de la cocaína, con su crudeza y sus penurias, y hará meditar al lector sobre la lucha contra el narcotráfico mientras lee una historia indispensable para entender toda la esfera criminal y corrupta que envuelve el mundo de las drogas, así como para vislumbrar la parte más humana que se esconde detrás de su elaboración para su posterior consumo.