El pasado mes de julio, el pequeño Bridger Walker, de tan solo 6 años, se convirtió en un héroe al salvar a su hermanita del ataque de un perro. La imagen de su rostro marcado por los mordiscos dio la vuelta al mundo, sacando a relucir la importancia de una educación adecuada para controlar los comportamientos agresivos de los perros y la figura del adiestrador canino, clave para conseguirlo
En ocasiones se ama tanto a las mascotas que se olvida lo que son: perros. Animales con instintos y formas de comunicación muy concretas, que se tienden a humanizar y, por lo tanto, a malinterpretar. La agresividad forma parte de los instintos de los perros, independientemente de la raza o el tamaño, ya sea por autoconservación, territorialidad o por el llamado “instinto cazador”. La obligación del dueño es aprender a leer dichas señales y a reconducir las actitudes que pueden llegar a desembocar en comportamientos agresivos.
Para evitar estas situaciones se debe aprender a tratarlos como animales: es la única forma de cubrir sus necesidades sin crearles ansiedad, lo que puede desembocar en agresividad; por otro lado, se debe educar de forma correcta a los perros desde cachorros, con paciencia y refuerzos positivos. Determinadas razas, llamadas “de trabajo”, necesitan, además, una buena y completa rutina de ejercicios que los estimule y los “canse”, para evitar tanto la agresividad como comportamientos destructivos.
Sin embargo, esto no es suficiente en algunos casos; una educación deficiente, ya sea por desconocimiento e inexperiencia de los dueños, dejadez o por la propia personalidad del animal pueden seguir desembocando en agresividad. En estos casos es recomendable acudir a un adiestrador canino profesional para reconducir comportamientos. “El adiestramiento canino facilita la convivencia del perro en nuestra sociedad. Es el desconocimiento de los beneficios que aporta educar a nuestro perro lo que hace que no se le dé la importancia que merece. Hay que ser conscientes de que el adiestramiento es un proceso continuo y hay que ponerlo en práctica día a día”, asegura María Díez Cortés, Técnica en Modificación de Conducta y Entrenadora de Perros de Asistencia en MamiDogguies, guardería canina en Madrid.
“La educación de nuestros canes es tan importante que en países como Alemania es obligatorio llevar a los perros a clases de educación básica. En esas clases se consigue, además, una acreditación que les permite entrar en cualquier establecimiento público”, ejemplifica María Díez.
PPP’s: ¿Son realmente los perros más peligrosos? Actualmente sigue estando extendida la creencia de que los llamados “Perros Potencialmente Peligrosos” o PPP son las razas más agresivas. En España existe una regulación concreta que especifica quiénes pueden poseer este tipo de perros, los requisitos que deben cumplir y cuáles son las razas consideradas PPP. Este listado varía dependiendo del país e incluso de la comunidad autónoma en la que se esté.
Establecer que una raza es más “peligrosa” que otra basándose únicamente en el número de ataques registrados es incorrecto por varias razones: primero, porque hay que tener en cuenta el número de miembros de cada raza en una comunidad determinada, lo que tiene un impacto en quién protagoniza el mayor número de ataques; y segundo, porque aunque los perros pequeños son los que tienden a ser más agresivos, sus ataques no suelen ser reportados por la escasa gravedad de las heridas y, por lo tanto, no son considerados en las estadísticas.
La AVMA (American Veterinary Medical Association) publicó en 2012 un completo estudio de casos comprendidos entre 1971 y 2005. En él señalaban que la popularidad de ciertas razas por temporadas tiene un gran impacto en los datos. También indicaban las razas más propensas a atacar al ser humano. Estas son: pastor alemán y sus cruces, razas no definidas, cocker spaniel, chow chow, collie, doberman, lhasa apso, rottweiler, springer spaniel, shih tzu y caniche.
Además, también señalaban las razas más propensas a morder, denominándolas como “de alto riesgo”: chow chow, cocker spaniel, lhasa apso, springer spaniel y shih tzu.
Otro estudio, realizado por Animals 24-7, recoge la cantidad de ataques contabilizados entre 1982 y 2014 en Estados Unidos y Canadá; señala a los perros con más porcentaje de mortalidad con respecto al número de ataques. En ambos estudios se observa que las consecuencias más graves se encuentran en los ataques de perros grandes, pero estos no tienen por qué ser los más agresivos.
Desde el año 2010 en España han muerto alrededor de 22 personas por ataques de perros; sin embargo, no se encuentran estadísticas que señalen el número total de ataques ni las razas que los han protagonizado, por lo que no se puede identificar el porcentaje de mortalidad a lo largo de estos años en el país ni se puede estimar cuáles son las razas más agresivas.
El adiestramiento canino: clave para la eliminación de conductas agresivas Programas televisivos como El Encantador de Perros o Malas Pulgas han hecho creer a más de un dueño que se pueden solucionar los problemas de conducta de sus perros sin la ayuda de un profesional. Con respecto a esto, María Díez Cortés lo tiene claro: “Un libro o Internet nunca pueden sustituir la ayuda presencial, por eso es mucho más recomendable contratar los servicios de un adiestrador profesional. Problemas de agresividad, miedos, fobias, ansiedad son casos que requieren la intervención de un experto, que es quien puede resolver el problema de una manera más segura y efectiva”.
No hay que esperar a tener un perro agresivo para contactar con un adiestrador. En entornos como MamiDogguies se ofrecen cursos para reconducir comportamientos en perros adultos (rescatados o no) y también para principiantes que adquieren su primer perro y no saben qué hacer para educarlo. Silvia de la Fuente, fundadora de MamiDogguies, resalta la importancia de la educación de los canes para una correcta sociabilización, sobre todo en ciertos entornos: “En una guardería como la mía conviven diariamente todo tipo de razas y tamaños, con lo cual es indispensable que todos los perros tengan una educación básica y hayan socializado bien para evitar miedos, agresividad y conflictos hacia otros compañeros de guarde y para las personas que trabajamos en ella. Es responsabilidad de los dueños que nuestros compañeros de vida tengan cubiertas todas sus necesidades, incluyendo, por supuesto, una correcta educación. No hay nada más maravilloso y que se disfrute más que la compañía de nuestro perrete sin tener esa tensión y estrés por si puede meterse en algún lío, cruce la carretera, ladre continuamente, muerda o se coma todo del suelo”.