Desde Wamiz.es, el portal sobre animales de compañía líder en Europa, ofrecen una serie de claves para cuidar a perros y gatos durante la época estival y prevenir de todas estas situaciones que ponen en peligro a las mascotas
El verano es la época del año en la que más situaciones peligrosas pueden producirse para los animales domésticos, incluyendo el dejarlos en los coches con temperaturas que pueden alcanzar hasta los 80 grados. La insolación y los golpes de calor, que hace que la temperatura corporal de los animales aumente, hasta tal punto que puede provocar su muerte, son algunas de las amenazas que más acechan en esta época.
Incluso, el desconocimiento de sus dueños sobre cómo cuidarlos cuando llega el calor es uno de los motivos por los que el abandono de animales aumenta en verano, sobre todo en el caso de los dueños primerizos. De hecho, según un informe de la Fundación Affinity, en estas fechas se recogen el 35% de los animales que se abandonan durante todo el año, correspondiendo un 20% al periodo vacacional.
Por eso, desde Wamiz.es, el portal sobre animales de compañía líder en Europa, ofrecen una serie de claves para cuidar a perros y gatos durante la época estival y prevenir de todas estas situaciones que ponen en peligro a las mascotas.
Los golpes de calor pueden ser muy peligrosos La insolación y los golpes de calor también son muy peligrosos para estos animales. Es de vital importancia protegerlos del sol y de las horas de más calor, así como hidratarlos continuamente.
En el caso de los gatos, instintivamente piensan en protegerse del sol, pero en el caso de los perros es el dueño el que debe protegerlos del calor, evitando los paseos entre las 11:00h y las 16:00h.
También es una buena solución para los perros darles un baño en piscinas, playas o lagos, pero siempre prestándoles la atención que requieren y aseándolos después del día de baño y eliminar así cualquier parásito y cuidar su piel.
Síntomas de un golpe de calor Es muy importante saber reconocer los primeros síntomas de golpe de calor para poder actuar rápidamente, antes de que sea demasiado tarde.
Comenzará con fuertes jadeos, más forzados y acelerados de lo normal, que evidencian una clara dificultad para respirar. Al principio se puede notar la incomodidad y angustia ya que se mostrará inquieto y desconcertado. Su ritmo cardíaco se dispara. La temperatura corporal supera los 40-42 °C. Notamos todo su cuerpo febril y la nariz suele estar muy seca. Su lengua, encía y conjuntiva de los ojos adquirirán un color rojo intenso, cada vez más oscuro, hasta mostrar un tono azulado (cianosis) debido a la mala oxigenación de la sangre. Puede comenzar a babear, tener algún vómito e incluso diarrea. Debilidad de sus extremidades, pierde el equilibrio y/o camina descoordinado. También puede ser incapaz de moverse y mostrar temblores musculares. En casos graves, puede perder la conciencia y entrar en un estado comatoso muy cercano a la muerte.Cabe destacar que la única ayuda que se puede proporcionar es la atención con primeros auxilios básicos hasta que se llegue a la clínica u hospital veterinario. Resaltan que es fundamental la atención veterinaria ya que está en juego la vida del animal.
Atenciones primarias para que un perro no sufra durante una ola de calor
Llevarlo a un lugar fresco, a la sombra o directamente al coche con el aire acondicionado de camino a la clínica. No tratar de bajar su temperatura corporal de golpe porque ocurrirá un efecto rebote, es decir, una hipotermia. La temperatura debe disminuir de forma gradual. Humedecer constantemente, con agua templada, sobre todo la zona de la cabeza, axilas, ingles y cuello. No cubrir su cuerpo con toallas húmedas ya que no permitirá la salida de calor. Si se tiene a mano alcohol médico (de 96 °), se puede aplicar un poco entre sus almohadillas (zona clave de termorregulación). Al evaporarse más rápido que el agua, proporciona una sensación de frescor que alivia al animal y facilita la pérdida de calor. Se les puede ofrecer agua para que beba poco a poco, sin embargo esto dependerá de su estado mental ya que, si se encuentra muy desorientado, puede atragantarse y complicar la situación, en su lugar, humedece la trufa cavidad oral con frecuencia. Reaccionar de forma rápida pero calmada y concisa. Se debe procurar un ambiente de tranquilidad para que el perro no se sobreexcite y aumente su estrés. Una vez sea atendido por un profesional veterinario, puede que administren fluidos intravenosos para devolver el grado de hidratación óptimo y para restaurar los azúcares consumidos durante el ataque.Cuidar su alimentación más aún en verano Durante las vacaciones aumentan las reuniones entre amigos y las barbacoas, pero lo cierto es que las carnes utilizadas en este tipo de eventos no son buenas para gatos y perros. Las sobras suelen contener partes quemadas o más carbonizadas y con más grasa y no corresponden un alimento nutritivo, por lo que es mejor que no se alimenten de estas sobras.
Es importante también vigilar que no coman o se acerquen a ningún tipo de planta peligrosa en campos, jardines o incluso en la ciudad. La espiga es una de las plantas más peligrosas para los perros, ya que se aferra al pelo del perro y puede incrustarse en todos sus recovecos. Además, las azaleas, begonias y el boj son plantas que son extremadamente tóxicas.
Extremar la precaución con los insectos Los mosquitos también pican a los animales y, además, pueden ser portadores de leishmaniosis, una enfermedad que puede ser mortal para ellos. Para evitar el contagio existen vacunas y repelentes de mosquitos adaptados para mascotas.
Otro de los grandes peligros del verano para perros y gatos son las orugas procesionarias. Se mueven en grupos una tras otra, juntándose y haciendo una especie de procesión, lo que llama la atención de los animales. Su instinto los lleva a olerlas e incluso a veces intentan comérselas. Los pelos de estas orugas tienen una glándula venenosa que puede provocar vómitos, dificultades respiratorias o infecciones graves. Lo más importante es evitar que las mascotas se acerquen a este tipo de insectos.
Por otro lado, las abejas y avispas son un gran peligro para las mascotas, ya que están en todas partes. Sus picaduras pueden ser muy peligrosas, especialmente si el animal es alérgico a ellas. En caso de picadura, es primordial tratar de curarla inmediatamente y, sobre todo, desinfectar la herida a fondo.
Las pulgas y garrapatas son siempre un peligro para las mascotas. Por ello, es importante proteger a perros y gatos con antiparasitarios (collar, pipeta, polvo, etc.). Además del picor, pueden provocar que el animal caiga enfermo.
Por último, es importante destacar que, en el caso de usar aceites esenciales o insecticidas para hacer desaparecer cualquier insecto, es necesario revisar que sean productos adaptados a animales para que no sufran ningún tipo de envenenamiento.