Han pasado cuatro años desde el trágico accidente ocurrido en la localidad de Tornadizos (Ávila), en el que fallecieron nueve personas y 20 resultaron heridas. Esa fecha es inolvidable para los voluntarios de la Fundación Avata, que acudieron a prestar su ayuda
El ocho de Julio del 2013, nueve personas perdieron la vida en el kilómetro 123 de la N-403, del término municipal de Tornadizos de Ávila. Tras una curva les esperaba el peor de los finales: el autobús en el que viajaban perdió el control y volcó, cayendo sobre un talud de piedra, que se convirtió en ‘la mano ejecutora de nueve vidas’.
Desde la Fundación Avata, que trabaja en proyectos que favorecen la sensibilización, la prevención y la seguridad vial, “se recibió la noticia con dolor y consternación, sintiendo la inmediata necesidad de ofrecer apoyo y consuelo a las víctimas. Se organizó un equipo para acudir al lugar de los hechos y prestar ayuda. A la llegada de nuestros voluntarios, la imagen era desoladora, ninguno olvida lo que ese día vio y vivió. Los sentimientos estaban confusos, rabia, impotencia y tristeza. La aportación del personal desplazado en ese momento fue ponernos al servicio de los profesionales que estaban a cargo de todo el dispositivo”, explican.
“Estuvimos apoyando a las víctimas, que en ese momento se encontraban desorientadas, con la mirada pérdida, sin ser conscientes de lo que había sucedido, así como a las familias”, continúan. “En esos momentos el simple hecho de permanecer al lado de una persona, escucharla, dejar que se desahogue e incluso darle un abrazo son acciones imprescindibles”.
La Fundación Avata prestó ayuda a las víctimas que depositaron su confianza en ellos, orientándolas y acompañándolas en todos los pasos a seguir, tanto a nivel jurídico como sanitario y psicológico. “Durante estos cuatro años hemos seguido haciéndolo”, afirman, “la resolución de catástrofes de esta magnitud es de una complejidad elevada”.
Acerca de la Fundación Avata En la Fundación Avata tratamos a diario con personas que han sufrido las consecuencias de un accidente de tráfico, contamos con profesionales que están implicados y preparados para enfrentarse a estas situaciones, pero accidentes de esta magnitud siempre dejan imágenes y nombres grabados en nuestro recuerdo. Hay heridas que el tiempo no cura.