La ventaja de los ambientes compartidos son muchas: nos permiten optimizar al máximo el espacio, ganamos luminosidad al eliminar los obstáculos y permitir que la luz circule por toda la estancia y, además, unificamos la estética y decoración.
En resumen, los espacios abiertos ofrecen un sinfín de ventajas. Aunque la más importante de todas es que se aproveche cada metro disponible de la casa. Y si la vivienda es pequeña, esto es un aspecto muy importante a tener en cuenta.
Unifica la decoración
La cocina, el comedor y el salón son los espacios más habituales en compartir metros cuadrados. ¿El motivo? Estos tres ambientes suelen ser espacios con bastante actividad. Y si además se sule recibir visita en casa, cobran espacial importancia. Por lo tanto, tiene mucho sentido que estén integrados en un mismo espacio.
Ahora bien, para comunicar y decorar estos tres ambientes, debemos tener en cuenta algunas claves importantes. Una de ellas es unificar la decoración.
Estéticamente se trata de dar continuidad a los ambientes. Por ello, es recomendable utilizar la misma paleta de color que sirva como base para los tres ambientes. Lo ideal es utilizar colores neutros, atemporales, luminosos y fáciles de combinar.
Unifica también el estilo decorativo. Es decir, asegurarse de que todos los muebles y accesorios siguen la misma línea. Se trata, pues, de evitar que el salón sea de estilo romántico, la cocina contemporánea y el comedor vintage.
Delimita cada ambiente
Aunque se ha unificado la decoración, por una cuestión de estética y buen gusto, también es importante trazar límites para saber dónde empieza el salón y dónde termina el comedor. Así se gana funcionalidad y se optimiza el espacio.
Una buena forma de hacerlo es con ayuda de los textiles. Por ejemplo, una alfombra XL que ocupe toda la superficie de la mesa de comedor y las sillas. Otra opción puede ser colocar alguna estantería que, además de ayudar a mantener los espacios organizados, sirve para delimitar los ambientes.
Aunque también se puede ayudar de las lámparas para potenciar la luz de un ambiente, destacando determinadas zonas en lugar de utilizar una iluminación general. Por último, se puede utilizar un código de color para cada zona. En otras palabras, utilizar tonos neutros que sirvan como base y pinceladas en un color atrevido para cada ambiente. Por supuesto, intentando que todos los muebles y accesorios tengan el mismo estilo decorativo.
No te olvides de la funcionalidad
Dejando a un lado la estética, también debemos pensar en la practicidad. El único inconveniente de los espacios compartidos es que un mal uso de uno de ellos puede resultar molesto para los miembros de la familia o invitados. Por ejemplo, para evitar que los malos olores de la cocina invadan el comedor y la sala de estar, lo mejor es instalar una campana extractora y silenciosa, para no molestar a quienes disfrutan de un momento de relax en el salón.
Distribuir los distintos puntos de luz en cada, por separado. En la cocina, coloca focos o plafones empotrados en la zona de trabajo, así como en armarios. Mientras que en el comedor, coloca una o varias lámparas sobre la mesa de comedor. Para la sala de estar, podemos optar por acogedoras luces puntuales, como una lámpara de pie o de sobremesa junto al sofá o focos en el techo.
El contenido de este comunicado fue publicado originalmente en la página web de Decorablog