A veces el problema es una incorrecta iluminación, otras en cambio nos dejamos llevar por la estética y nos olvidamos de la funcionalidad… Porque nadie es perfecto, a continuación se detallan algunos de los errores decorativos más frecuentes.
Más lámparas no quiere decir mejor luz
La iluminación es la asignatura pendiente de muchos hogares. La mayoría de las veces, se mantienen los mismos puntos de luz que existen en la vivienda por primera vez. En este sentido, se debe tener en cuenta si esas lámparas están correctamente colocadas en el lugar en el que corresponde.
Por ello, se debe tener en cuenta el uso que se hace de la habitación y los puntos en los que incide la luz natural del sol. Una vez se localicen esas zonas, se podrán colocar las lámparas de acuerdo a las diferentes necesidades. Por ejemplo, una lámpara de pie junto a la butaca del salón para crear un rincón de lectura, un flexo en el escritorio para complementar la luz que emite la lámpara de techo del despacho o focos empotrados en los armarios de la cocina para ver el interior.
En este sentido, muchas personas piensan que más lámparas significa más luz en la habitación. Nada más lejos de la realidad, a veces, basta con pocos puntos de luz pero bien distribuidos. Así que antes de adquirir una lámpara es necesario pensar cuál es el mejor lugar para ella.
No juzgues los muebles por su aspecto
No juzgues a un libro por su portada. ¿Es reconocible esta frase, no? Esto mismo se aplica también a la decoración. Se suele dejar llevar por la estética a la hora de escoger muebles y accesorios y se queda olvidado lo más importante: la funcionalidad.
El truco para acertar es no renunciar tampoco a la funcionalidad. Decorar no es solo poner cosas bonitas en casa, sino hacer de nuestra vivienda un auténtico hogar. Buscar muebles estéticamente atractivos, que se adapten al look de cada estancia, que además cumplan con una función y que te resulten fáciles de limpiar.
En el comercio, todo parece diferente
Dejarse llevar por las falsas apariencias es otro error muy común. Cuando se ve un mueble en la tienda nos parece pequeño, tanto de tamaño como de volumen. Sin embargo, cuando se tiene en casa, ese mismo mueble parece haber multiplicado su tamaño, ya que ocupa más espacio del que en un principio habíamos pensado.
Este es otro error al decorar. Además de medir, piensa también en el volumen de esa pieza, ya que tanto muebles como accesorios se ven muy diferente en casa y en el comercio. Y la solución es tratar de dar una nueva vida a ese mueble, por ejemplo, colocándolo en otra habitación. Lo importante es no recargar la decoración con piezas que no necesitamos o que ocupan un lugar que podríamos utilizar para otras cosas.
Orden en la casa
El cable del ordenador, de la televisión, del móvil… Los cables a la vista no solamente resultan antiestéticos, sino que, además, no son nada prácticos. Lo mejor es esconderlos, con zócalos especiales para protegerlos o con cubrecables. En el mercado existen diferentes opciones a nuestro alcance de nos ayudarán a mantener los cables en orden.
Y hablando de organización, otro error muy común suele ser tener demasiados armarios, cajas, baldas, estantes, tarros y otras muchas soluciones de orden similares. A veces, en lugar de ayudarnos a ordenar, lo que realmente hacen es ocupar espacio innecesario. Escoge soluciones de orden que realmente necesites y que se adapten a tus necesidades y deshazte del resto.
El contenido de este comunicado fue publicado originalmente en la página web de Decorablog