- El 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina.
- Cruz Roja Española trabaja activamente contra esta práctica ancestral en Malí, uno de los países con mayor índice de prevalencia.
La ablación de clítoris o Mutilación genital femenina (MGF), expresión oficial utilizada para referirse a esta práctica por la OMS (Organización Mundial de la Salud), consiste en la eliminación de tejido de cualquier parte de los genitales femeninos por razones culturales, religiosas o cualquier otra razón no médica.
Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación contra mujeres y niñas. La práctica viola sus derechos a la Salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte. Aunque se concentra principalmente en 29 países de África y de Oriente Medio, la ablación es un problema universal y se practica en algunos países de Asia y América Latina. Además persiste también en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, Norte América, Australia y Nueva Zelanda.
Esta práctica ancestral, que han sufrido ya más de 140 millones de mujeres y niñas (más de 92 millones en África), tiene graves consecuencias ginecológicas, obstétricas y psicosociales. Uno de los países con mayor índice de prevalencia de la escisión es Malí, donde la tasa se sitúa en el 85%. En las regiones malienses en que trabaja Cruz Roja Española, Ségou y Kayes, la cifra es aún mayor, 92,2% y un 98%, respectivamente. Desde el año 2000, Cruz Roja Española en colaboración con la Cruz Roja de Malí desarrolla en las dos regiones actividades dirigidas a informar y sensibilizar a nivel comunitario de los riesgos que se generan, a fin de que se abandone esta práctica y para mejorar la salud y condiciones de vida de las mujeres y niñas víctimas de graves secuelas físicas y psicológicas de la ablación.
Cruz Roja trabaja con líderes comunitarios, personal sociosanitario, profesores y las organizaciones comunitarias de base a través de distintos módulos de formación y de sensibilización en los que las mujeres participan activamente, con independencia de haber sido o no víctimas de la mutilación genital. La intervención, apoyada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se centra además en prestar asistencia sanitaria y psicosocial a las mujeres y niñas, que tienen complicaciones después de haber sido sometidas a la escisión.