El Instituto Murciano de Investigación Agraria y Alimentaria (IMIDA) recibió recientemente la felicitación de la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, por el desarrollo del proyecto ‘Interacciones de la acuicultura marina en jaulas flotantes y la conservación de aves marinas. El caso del Paíño europeo (Hydrobates pelagicus melitensis) en el litoral murciano-almeriense’.
La directora del IMIDA, Juana Mulero, destacó que “se trata del primer estudio a escala mundial que demuestra científicamente un vínculo de carácter trófico entre la acuicultura y un ave marina pelágica”. En este sentido, añadió que, para ello, “ha seguido una metodología contrastada para estimar la contribución cuantitativa de diferentes fuentes de alimento, sorteando las dificultades que entraña trabajar con una especie vulnerable y con un modo de vida tan peculiar como el Paíño europeo”.
El objetivo de dicho proyecto, financiado por el Fondo Europeo de la Pesca (FEP), ha sido profundizar en el conocimiento de las relaciones entre esta actividad productiva y la dinámica de las poblaciones de esta especie. El Paíño europeo es una pequeña ave marina eminentemente pelágica, catalogada como vulnerable, que forma colonias nidificantes en islas e islotes litorales del Mediterráneo. Pasa el otoño y el invierno en aguas oceánicas y en primavera retorna a las colonias de origen para reproducirse y criar a su progenie.
En el litoral murciano-almeriense existen colonias de Paíño en Isla Grosa, Isla Hormiga, Isla de las Palomas e Isla de Terreros. Estas colonias se encuentran intercaladas entre instalaciones de cultivos marinos repartidas por la zona de costa. Las granjas marinas ejercen un efecto de atracción de fauna silvestre, principalmente peces y aves –aunque también mamíferos y reptiles-, que encuentran en ellas recursos de diversa índole de fácil localización y accesibilidad, tales como alimento, refugio y descanso.
Búsqueda y captura de alimento
El Paíño no escapa del mencionado fenómeno de atracción, y es avistado frecuentemente merodeando alrededor de algunas instalaciones desplegando un claro comportamiento de búsqueda y captura de alimento. Con el desarrollo de este proyecto, los investigadores del IMIDA, junto con experimentados ornitólogos pertenecientes a los grupos de anillamiento de la Asociación de Naturalistas del Sureste (Murcia) y Rodopechys (Almería), han comprobado que la magnitud del efecto de atracción que ejercen las granjas marinas sobre los paíños durante la época de reproducción y cría (abril – septiembre) es bastante notable, entre 1 y 2 órdenes de magnitud superior a la observada en aquellas áreas naturales consideradas como puntos calientes para esta especie en el Mediterráneo.
Pero este efecto de atracción no ocurre por igual en todas las granjas marinas estudiadas. Las más próximas a la costa no parecen ser del agrado del Paíño, mientras que las localizadas en mar abierto, en lo que sería su área habitual de campeo, congregan decenas de ejemplares.
A pesar del constatado efecto de atracción, los investigadores pudieron comprobar a través del estudio de la dieta del Paíño que la contribución de los recursos tróficos derivados de la acuicultura era significativamente menor que la que le proporcionan las fuentes dietarias naturales. Esto no es de extrañar, ya que los paíños pueden desplazarse decenas de kilómetros al día en su búsqueda constante de alimento durante la época de cría, por lo que abarcan vastas áreas de la superficie marina. La actividad acuícola parece proporcionarles un complemento alimenticio de fácil localización y próximo a las zonas de nidificación, pero la naturaleza salvaje y los hábitos pelágicos del Paíño les llevan a buscar el grueso de su alimento en la inmensidad del Mar Mediterráneo.