Mañana miércoles día 14, a las 11,30, el Museo del Greco inaugura en sus salas, la exposición Hommage á Doménikos Theotokópoulos, del artista español Antoni Clavé. Se muestran 26 piezas: una suite de trece litografías originales y otras trece obras únicas (dibujos y monotipos) preparatorias para la edición del año 1965. Ha sido organizada por la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes de la Secretaría de Estado de Cultura, y el Museo del Greco, y comisariada por Offgallery, con la colaboración de la Sala Gaspar de Barcelona. La muestra, que finalizará el 10 de enero de 2016, se enmarca dentro de la sección denominada “En la estela del Greco…”, que expone obras de autores modernos cuya trayectoria artística está influenciada por la pintura del genial cretense.
Pequeña biografía
Antoni Clavé Sanmartí (Barcelona 1913 – Saint Tropez 2005) es uno de los grandes artistas del siglo XX influenciado por la “estela” del maestro Doménikos Theotokópoulos. Su admiración le llevó a homenajearle con una serie de dibujos, grabados y pinturas en los años sesenta del pasado siglo. Estas obras son un ejemplo de la influencia recibida en los grandes artistas del XX por parte de los autores clásicos y la admiración que a éstos profesaban. En Clavé toma especial relevancia, porque este periodo supone un punto de inflexión en sus creaciones, que se caracteriza por el paso definitivo hacia la abstracción. La temática y la fuerza de El caballero de la mano en el pecho será un referente que se repetirá en muchas de sus futuras obras.
En 1930 ingresó en la Escuela de Arte de Barcelona. Como cartelista obtuvo un gran éxito en el mundo del cine. Al finalizar la Guerra Civil se exilió a Francia, donde realizó su primera exposición en Perpiñán en 1939. Más tarde se trasladó a París, donde inició su carrera como ilustrador y decorador de teatro, y por eso su obra se inscribe a menudo en la Escuela de París, junto con la de otros artistas como Pablo Picasso, Juan Gris, Joan Miró o Antonio Saura.
En 1944 inició su amistad con Picasso, que duró hasta la muerte del pintor malagueño. A partir de esa fecha, Clavé empezó a desarrollar una obra con una plástica distinta y menos clásica. Hacia 1950 empezó una intensa labor en el mundo del ballet y del teatro, utilizando maniquíes y alcanzando fama en el mundo de la escenografía internacional. En 1954 abandonó la decoración para dedicarse a la pintura.
En la década de 1960 realizó el homenaje al Greco, y en los 70 continúa la evolución de la obra, que utiliza técnicas diversas como el collage, inventándose nuevas técnicas como el papier froissé, fruto de una casualidad técnica en el uso del aerosol sobre papeles arrugados.
En 1978, el Museo Nacional de Arte Moderno de París, actual Centro Georges Pompidou, le dedicó la primera retrospectiva que convirtió a Clavé en uno de los artistas de más prestigio de su generación.
En 1980 dedicó una serie de obras a Picasso bajo el título de 'A don Pablo'. Sus últimas obras se caracterizan por la recreación de texturas dentro de la abstracción, con una utilización profusa del papier froissé.
En 1984 el Estado español reconoció su valía artística con la exposición de más de 100 de sus obras en el pabellón español de la Bienal de Venecia. En los años 90 se le dedicaron sendas retrospectivas en Barcelona ("Antoni Clavé en La Pedrera") y Madrid (Salas Conde Duque) que contribuyeron a engrandecer la figura de unos de los artistas más importantes y completos del siglo XX.
Como escribió el crítico de arte Daniel Giralt-Miracle, "…la pintura le mantuvo vivo hasta una semana antes de su muerte… El arte era el motor de su vida. Dedicó toda su vida al cartel, a la escenografía, al teatro, a los libros ilustrados y, sobre todo, a la pintura y la escultura, y creo que esto es lo que le dio vida y le permitió vivir 93 años".