Peugeot RCZ-R: 270 CV en un bloque de 1.6 litros desarrollado por Peugeot Sport; potencia específica de 170 CV/l; una relación peso/potencia de 4,7 kilos por CV; diferencial de deslizamiento Torsen. ¿Qué pasará cuando el mejor piloto español de la historia y el modelo más radical de la gama Peugeot se crucen?.
La respuesta a esta pregunta ya existe. Carlos Sainz ha probado a fondo el cupé deportivo de la Marca, tanto en su día a día como en condiciones de máximo rendimiento. Una carretera sinuosa de la Sierra de Madrid y una jornada con climatología adversa son las condiciones de este test, superado con sobresaliente. Una prueba que se ha realizado en circuito cerrado al tráfico y con todas las garantías de seguridad necesarias.
“Si tuviese que calificar este modelo y destacar alguna de sus características diría: ADN deportivo 100 %, las posibilidades de utilizarlo en el día a día, la eficiencia y las prestaciones brillantes”, es la impresión general de Sainz sobre este modelo.
Este espíritu deportivo viene dado, además de por los detalles específicos de diseño de esta versión, por la preparación de Peugeot Sport. “Se nota la mano de Peugeot Sport: es un coche que sientes desde el primer momento que está hecho, pensado y llevado hasta este extremo por alguien en contacto diario con el mundo de la competición”.
Sus registros son la prueba de esta dualidad. El Peugeot RCZ R desarrolla una potencia máxima de 199 kW (270 CV) a 6.000 rpm y un par máximo de 330 Nm desde 1.900 hasta 5.500 rpm. Es un motor muy elástico: dócil en bajas revoluciones y con brío una vez sobrepasadas las 4.500 y hasta la zona más elevada del cuentarrevoluciones.
La opinión de Carlos Sainz merece la pena en tanto es la figura del deporte del motor español más grande de todos los tiempos. Y para él, el RCZ R “es un coche que, sin duda, aguantaría un tramo de rally muy exigente. Tal cual está, hace unos años, sería un coche con el que habría soñado con disfrutarlo en mi carrera. Es una clara evolución de la tecnología de los coches”.