Por tradición, cada modelo Peugeot ha sido bautizado comercialmente con tres dígitos: Peugeot 104, Peugeot 205, Peugeot 504… Esto ha sido así casi desde nuestros inicios en 1929, cuando lanzamos el Peugeot 201. En el año 2012 y utilizando como base esta herencia, refundimos nuestra estrategia de denominación de la siguiente forma:
El dígito inicial indica la familia y el tamaño (el segmento) al que pertenece cada vehículo. Un 1 señala pertenencia al segmento A (los modelos más urbanos y compactos), como el 108. Un 2 inscribe a ese modelo en el segmento B, un 3 en el segmento C (el de las berlinas, como nuestro 308) y así sucesivamente.
El tercer digito hace referencia a la generación del modelo: puede tratarse de un 8 para la mayoría de modelos o un 1 para aquellos vehículos dirigidos a mercados de conquista.
Por último, el digito central es siempre, e invariablemente, un 0. Es la seña de identidad de la Marca, lo que nos hace únicos, y es el eslabón que une el segmento con la generación. Por ello, será difícil ver un Peugeot nombrado como 341, por ejemplo. Como toda buena norma, tiene una excepción. Todas aquellas siluetas complementarios, como los crossover o monovolúmenes, son bautizadas con un doble 0: Peugeot 2008, 3008, 4008, 5008…
A esta regla universal hay que sumarle una serie de particularidades. Por ejemplo, algunos vehículos presentan letras en lugar de números por tratarse de oferta especial: sería el caso del Peugeot RCZ, nuestro cupé deportivo.
También utilizamos letras para completar los números para las versiones. La versión más deportiva de la saga 200 añade un GTi: Peugeot 208 GTi. Las versiones familiares un SW: Peugeot 308 SW y Peugeot 508 SW. Y las versiones convertibles reciben las siglas CC (cupé-cabriolé): 207 CC y 308 CC. Los vehículos comerciales son nombrados con términos independientes. Y actualmente, las declinaciones híbridas suman el indicativo “HYbrid4” o “RXH”.
Históricamente, también han existido otras variantes. El 205 contó con una versión diseñada por Pininfarina: 205 CTi. Seguro que los enamorados de la serie 200 lo recordáis a la perfección.
Cuando contamos el porqué de llamar así a nuestros modelos, suelen surgir preguntas. Si tradicionalmente ha existido, por ejemplo, un 205, un 206, un 207 y ahora un 208… ¿Qué pasará cuando este modelo llegue a su fin? ¿Habrá un 209?
En este caso la respuesta es negativa. Como ya hemos dicho, la última cifra es un 1 o un 8. Y en este caso, cuando un modelo cuyo nombre termine en 8 nos diga adiós, el sustituto mantendrá el mismo nombre y será conocido como “Nuevo”. El mejor ejemplo lo tenemos en nuestro Nuevo Peugeot 308. Antes de él ya hubo un 308.
¿Y si esto es así, por qué ya hubo un 309? En este caso, el Peugeot 309 se saltó la denominación que le correspondía (306) por dos razones: en primer lugar por tratarse de un vehículo de mayor tamaño que el Peugeot 305. Y en segundo, el proyecto del que surgió este coche estaba inicialmente pensado para formar parte de Talbot (que pertenecía al grupo PSA). La desaparición de esta marca, sin embargo, no supuso el fin de este modelo, que acabó recalando en Peugeot. Como una especie de homenaje, fue conocido como Peugeot 309, una fórmula que seguramente no volvamos a ver.
Peugeot 308 (fila superior) y Nuevo Peugeot 308 (inferior): Mismo nombre, notables diferencias.
