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El maquillaje es un producto utilizado a diario por mujeres de todo el mundo. Hay sombras, pintalabios, colorete...y multitud de brochas y esponjas para aplicarlos. Pero, ¿te has parado a pensar en la cantidad de gérmenes que pueden contener estos utensilios?

Hay que tener en cuenta que los productos de maquillaje se aplican directamente sobre la piel, por lo que si no llevas a cabo una higiene minuciosa de éstos, puede que te acaben pasando factura. Entre las cerdas de las brochas nos encontramos con multitud de bacterias que pueden provocar infecciones cutáneas y destrozar tus preciados cosméticos, ya que se mezclan unos productos con otros dejándolos inservibles.

Pero si hablamos del verdadero enemigo de la piel lo encontramos en las esponjitas para aplicar la base del maquillaje, puesto que éste al ser un componente líquido hace que las esponjas se conviertan en un auténtico caldo de cultivo de gérmenes. También, el compartir los aplicadores puede llevar a que las enfermedades de la piel sean transmitidas entre unas personas y otras.

En resumen, si no higienizamos completamente las brochas y esponjas podemos acabar teniendo un problema. Pero ¿cómo lo hacemos?

El ozono

El ozono por su capacidad bactericida puede hacer que tus utensilios de maquillaje queden perfectamente libres de bacterias y gérmenes. Además, los mantendrá en perfecto estado puesto que no se trata de ningún químico corrosivo, ya que el ozono es un gas que cuando se descompone se convierte en oxígeno.

Existen distintos sistemas de ozonización de gama doméstica. Por lo que si coloca su maquillaje en el baño y tiene un generador de ozono de ASP Asepsia, eliminará no sólo las bacterias de sus utensilios, sino las de toda la estancia. También puede optar por los ozonizadores de grifo; un sistema sencillo que hará que el agua de su grifo esté ozonizada, por lo que podrá lavar sus brochas y esponjas con la absoluta certeza de que éstas quedarán completamente higienizadas, y sin restos de producto.