Hasta la fecha, setenta y tres reactores en Estados Unidos han visto renovadas sus licencias de operación -originalmente de cuarenta años- a veinte años adicionales tras superar satisfactoriamente todos los controles y trámites necesarios. Y a día de hoy se están revisando solicitudes para dieciocho unidades más.
Sin estas extensiones de operación el número de plantas nucleares estadounidenses que dejaría de operar durante las próximas décadas sería muy significativo. Así, las veintisiete centrales que tienen permisos renovados cesarían su operación entre 2023 y 2030 y otros sesenta y siete reactores lo harían entre 2031 y 2049.
Un análisis económico realizado por Berkeley Research Group ha concluido que si se prolongase la vida operativa de todas las centrales nucleares de Estados Unidos se podrían ahorrar hasta 344.000 millones de dólares hasta el año 2090. Este ahorro sería el resultado de no tener que poner en funcionamiento unidades de producción eléctrica no nucleares.
Operación a largo plazo
La operación a largo plazo de las centrales nucleares constituye una garantía de independencia y diversificación del abastecimiento energético, manteniendo la capacidad tecnológica de la industria nuclear y aportando estabilidad en el funcionamiento del sistema eléctrico dentro del respeto por el medio ambiente.
En el caso de España, si se aplicase la operación hasta los sesenta años, la cantidad de energía eléctrica que generarían las actuales centrales nucleares en veinte años de funcionamiento adicional a los cuarenta previstos inicialmente es de 1.200.000 GWh.