La directora creativa de Pedro del Hierro explica que la obra literaria Nada, de Carmen Laforet, ha sido la inspiración de esta nueva propuesta. Mientras diseñaba esta colección otoño-invierno, March releía la novela clásica de Laforet publicada en los años cuarenta: Nada. El primer capítulo del libro, que describe la llegada en tren de la protagonista a Barcelona por la noche, la conmovió. «Las páginas iniciales están llenas de un intenso anhelo de volver a empezar tras el sufrimiento y las privaciones de la larga Guerra Civil. Es imposible que ese deseo no te impresione.» Para la directora creativa, es evidente el paralelismo con la situación actual de España, donde tras años de una fuerte crisis económica, una población exhausta empieza finalmente a tener la esperanza de que quizá lo peor ya haya pasado.
El inicio de esta obra literaria se ha convertido en la piedra de toque de esta colección, a través del cual March se ha inspirado tanto en la moda de la época como en el estilo único de una joven Carmen Laforet. March improvisa con los múltiples contrastes de la moda de posguerra, con toques masculinos, materiales más duros y cortes relajados, a veces de gran tamaño, enfrentados a finos y femeninos tejidos y prendas más estructuradas. Uno de los rasgos más destacados de la colección son los abrigos, que según March dan un duro «armazón exterior» a sus aspectos más suaves, que están más cerca del cuerpo.
El tema del optimismo se observa en los fogonazos brillantes de color —azules y rosas, así como ricos estampados de verde malaquita—, que contrastan con los tonos más oscuros de la colección: grises, negros y borgoñas, que se inspiran en el noroeste tosco y lluvioso de España.
Carmen March ha trazado una continuidad entre sus diseños inspirados en los años cuarenta y los archivos de la marca: «Pedro del Hierro siempre ha ofrecido a las mujeres lo que yo llamo “diseños de noche suaves”, que, al combinar elegancia con una soltura relajada, consiguen que las mujeres se vean y se sientan fantásticas. Algunas de sus colecciones de los años ochenta se basaban en pijamas, monos y caftanes finos y chic. Inspirándome en esos diseños, he adaptado esa atmósfera al otoño.