Pese a la originalidad, brillantez e influencia posterior de su trabajo, este artista alemán, fallecido prematuramente a los 38 años tras sus vicisitudes durante la II Guerra Mundial y su alcoholismo, ha sido relegado a un segundo plano por otros nombres más sonoros para el gran público.
La muestra, compuesta por cerca de 90 obras procedentes de diversas colecciones públicas y privadas, resulta única ya que se ha concebido no como una retrospectiva cronológica sino como una exposición concentrada en los dos focos principales de su quehacer artístico: la fotografía y el dibujo, ámbitos en los que Wols creó formas totalmente novedosas y un nuevo lenguaje visual.
Por un lado, el cosmos repasa los óleos, dibujos, grabados y acuarelas “abstractos” producidos por Wols, tanto durante la Segunda Guerra Mundial como en la posguerra, cuando el artista soportaba una vida precaria en Francia. Por otro, la calle revisa sus trabajos fotográficos, realizados antes del conflicto bélico, entre 1932 y 1938.