Desde entonces, cada año se viene celebrando el día 10 de octubre como el día mundial y el día europeo contra la pena de muerte, dado que en 2007 el Comité de Ministros del Consejo de Europa decidió declarar esta misma fecha como el día europeo contra la pena de muerte.
La pena de muerte es una prioridad de la política exterior de España en materia de derechos humanos. En los últimos años, la firme posición de España en contra de la pena de muerte se ha plasmado en la creación y apoyo posterior a la Comisión Internacional contra la pena de muerte y sobre todo, en la celebración en Madrid del V Congreso Mundial contra la pena de muerte en junio de 2013.
El Congreso Mundial de Madrid supuso un éxito sin precedentes, gracias, en parte, al firme apoyo económico, político y logístico de España como país anfitrión. En ese Congreso se puso de manifiesto que si bien es verdad que 2/3 de los Estados del mundo caminan hacia la abolición definitiva, también es cierto que todavía existe 1/3 de países retencionistas, que en algunos casos al aplicar la pena de muerte violan las mínimas garantías reconocidas en el derecho internacional. Por ello, este Congreso contra la pena de muerte fue una pausa necesaria para reflexionar, crear redes y seguir diseñando estrategias para afrontar los retos que la pena de muerte plantea a la comunidad internacional, cada vez más convencida del carácter indigno, inhumano y degradante de esta pena.
España ha desempeñado un papel destacado y reconocido por otros Estados en la defensa de la abolición de la pena de muerte en foros internacionales como la Unión Europa, el Consejo de Europa, la OSCE y Naciones Unidas. En este sentido, España ha apoyado las campañas que cada dos años tienen lugar en Nueva York y en terceros países para lograr más votos en la resolución por una moratoria universal de la pena de muerte en la Asamblea General de Naciones Unidas.