La formación continua es importante en todas las profesiones, si bien es verdad, que se hace especialmente necesaria en las profesiones sanitarias. En este sentido, la medicina veterinaria, no es menos y se encuentra en pleno desarrollo. Ya no es suficiente con asistir a congresos, los cursos para veterinarios son una herramienta clave estar al día de los avances diagnósticos o quirúrgicos, ya que cada vez mas, se están adaptando y aplicando tratamientos y medios de la medicina humana a la veterinaria.
La formación continua es importante en todas las profesiones, si bien es verdad, que se hace especialmente necesaria en las profesiones sanitarias. En este sentido, la medicina veterinaria, no es menos y se encuentra en pleno desarrollo. Ya no es suficiente con asistir a congresos, los cursos para veterinarios son una herramienta clave estar al día de los avances diagnósticos o quirúrgicos, ya que cada vez mas, se están adaptando y aplicando tratamientos y medios de la medicina humana a la veterinaria.
En los últimos años la oftalmología veterinaria ha experimentado una evolución exponencial, convirtiéndose así en una especialización independiente, que permite ofrecer el mejor servicio para su mascota. Al igual que en la humana, en la oftalmología animal, la detección precoz es clave para poder establecer un diagnóstico y tratamiento adecuado lo antes posible y obtener así una rápida recuperación. En este sentido cursos como el Taller práctico de oftalmología que impartirá el próximo mes de octubre Babieca Veterinary, son una buena ocasión actualizar conocimientos en este campo.
Entre las patologías más frecuentes en medicina veterinaria están la conjuntivitis; alteraciones de párpados, sobre todo las que afectan a los párpados inferiores (entropión). Asimismo, son comunes enfermedades de la córnea, especialmente la que se conoce como ojo seco, que se produce por una inadecuada producción de lágrimas por daño en su innervación, medicamentos, infecciones o traumas.
Por otra parte, el glaucoma es también una patología habitual en animales. El aumento de la presión intraocular produce una rápida degeneración del nervio óptico y la retina, convirtiéndose en una de las causas más comunes de ceguera irreversible, por ejemplo, en caninos adultos. Por ello, su detección temprana es vital.
La catarata, una opacidad que se produce en una pequeña estructura transparente que esta en el interior del globo ocular (cristalino), es una de las patologías que exige, con mayor frecuencia, una intervención quirúrgica de las mascotas. Esta enfermedad puede estar presente desde el nacimiento (cataratas congénitas) o aparecer en animales jóvenes entre los 2 – 4 años (cataratas juveniles), o bien, pueden ser cataratas seniles, que se detectan a partir de los ocho años de edad y producen pérdida paulatina de la visión.