Las altas temperaturas todavía no han acabado y por ello, muchas personas eligen esta época del año para las construcciones de piscinas de hormigón en sus parcelas, chalets o campos.
Las altas temperaturas todavía no han acabado y por ello, muchas personas eligen esta época del año para las construcciones de piscinas de hormigón en sus parcelas, chalets o campos.
En primer lugar, se debe diferenciar entre los dos tipos de piscinas de hormigón disponibles, las de modelo tradicional y las de hormigón gunitado o proyectado. En las piscinas realizadas con el método tradicional, los muros se construyen de hormigón al igual que el muro de contención. En cambio, las piscinas de hormigón gunitado son una evolución del modelo tradicional, ya que permiten una gran diversidad de formas y tamaños.
La técnica del hormigón gunitado consiste en construir una estructura de la forma que se desee para la piscina y posteriormente se proyectará una mezcla de cemento y agua a presión que dotará a la estructura de gran resistencia e impermeabilidad. Además, en esta técnica se usa menos hormigón que en el método tradicional, por lo que puede resultar más económica.
Las piscinas de hormigón gunitado se adaptan al espacio y a la forma disponible en el terreno, por eso son una de las mejores opciones si se desean crear piscinas en un espacio reducido o de formas imposibles. Por otro lado, con respecto a la profundidad, una piscina doméstica no suele superar los 2 metros, por lo que lo más habitual sea que tenga 1,70 metros, lo que supondrá un importante ahorro de agua.
En cuanto a la orientación, lo mejor es que sea sur-suroeste para que el sol caiga sobre el agua la mayor cantidad de horas posibles. Además, hay que intentar que no haya árboles cerca de la piscina porque estarán todo el día llenando su superficie de hojas. Es más, algunas especies de árboles como los sauces o los nogales pueden llegar a romper las piscinas con sus raíces para absorber el agua o socavar los vasos.
También hay que disponer de una zona alrededor de la piscina en la que se pueda pisar con comodidad como tarimas de madera, suelo cerámico antideslizantes o césped. Por último, para el invierno se puede optar por los cerramientos acristalados que permiten usar la piscina aunque haga frío, sobre todo si se cuentan con paneles solares para calentar el agua.