Cuando decimos “Hoy toca pintar la habitación" y nos imaginamos embadurnados de pintura y dándole a la brocha, la primera pregunta que nos debemos de hacer es tan simple como lógica: ¿Hoy es un buen día para pintar?
Si un vecino o un amigo te dice “hoy toca pintar la habitación” o “voy a pintar la valla del jardín” les imaginamos embadurnados de pintura y dándole a la brocha o al rodillo. Pensamos, no sin cierta lógica, que pintar es simplemente eso, la propia aplicación. Pero nos olvidamos de muchas otras variables, trabajos y procesos que pareciendo secundarios o accesorios son fundamentales para que el resultado (que es lo que importa) sea el mejor posible. La primera pregunta que nos debemos de hacer es tan simple como lógica: ¿Hoy es un buen día para pintar?
La Real Academia de la Lengua Española define pintar en una de sus acepciones como “Cubrir con un color la superficie de las cosas, como una persiana, una puerta, etc.” Lo que no nos explica lógicamente la Academia es cuándo es recomendable pintar y cuándo, bajo ningún concepto, se recomienda hacerlo. Si intentamos responder a la pregunta ¿es hoy un buen día para pintar? Probablemente si no tenemos muchas ganas de emprender la tarea digamos que no. Pero no se trata de eso sino de describir las condiciones ambientales óptimas para llevar a cabo la tarea sin que éstas echen por tierra todo el trabajo.
Pero no siempre se puede pintar, o mejor dicho, no siempre se debe pintar.
Si no seguimos unas normas de aplicación las condiciones ambientales y meteorológicas nos pueden jugar una mala pasada. Cuando vayamos a pintar en interiores y especialmente en ambientes exteriores debemos de estar prevenidos y conocer las condiciones en las que vamos a realizar la tarea (temperatura, humedad, predicción meteorológica…). No hablamos de ser minucioso al extremo, sino de conocer si las condiciones van a ser las óptimas para que la pintura se comporte como se debe de comportar.
Por ello el equipo de Pinturae te describimos hoy las condiciones bajo las cuales no recomendamos pintar:
- Temperaturas por debajo de 5º ni por encima de 40º: Las condiciones extremas de temperatura (excesivo frío o calor) son fatales para que el producto responda a la cubrición, aplicabilidad y resistencia. Por ello siempre hemos oído que la mejor época para pintar es la primavera o el comienzo o final del verano. Te en cuenta además que la temperatura en estos meses ya posibilita un secado rápido en exterior y en interior.
- Humedad: Si vemos que la humedad relativa es muy alta (superior al 70%) tampoco se cumplirán las condiciones para iniciar el trabajo. La excesiva condensación en ambientes interiores o bien el trabajo de pintura en exterior en días con humedad alta tampoco favorecen para nada un resultado aceptable.
- Lluvia: Parece obvio pero empezar a pintar en exterior en un día que amenaza lluvia puede resultar un auténtico desastre. Si comienza a llover y la pintura no está perfectamente seca… tendremos un grave problema y casi con toda seguridad habrá que comenzar de nuevo otro día todo el trabajo. En interior no habrá problema para pintar pero el tiempo de secado aumentará considerablemente.
- Excesivo viento: Además de la lluvia y el excesivo calor si tenemos mucho viento en exterior corremos el riesgo de que la pintura seque excesivamente rápido pero solo superficialmente con lo que puede cuartearse.