A la hora de decorar nuestro hogar, existen muchos factores clave. El primer punto a tener en cuenta es el estilo con el que queremos vestirlo: rústico, minimalista, loft, clásico, etc. Uno de los elementos más importantes en la decoración es la tradicional e insustituible alfombra.
A la hora de decorar nuestro hogar, existen muchos factores clave. El primer punto a tener en cuenta es el estilo con el que queremos vestirlo: rústico, minimalista, loft, clásico, etc. A raíz de definir cuál es el estilo que deseamos que vista cada una de las partes de nuestro hogar, comenzaremos a buscar los elementos que trabajarán a favor de transmitir el estilo elegido. Uno de los elementos más importantes en la decoración es la tradicional e insustituible alfombra.
Una alfombra se define como cualquier telar o tejido que sea usado para cubrir superficies aunque este término ha sido ampliado. Las alfombras no comenzaron a usarse en el interior de los pisos y casas europeas hasta el siglo XVIII aunque tienen una rica historia que para los amantes y profesionales de la decoración resulta útil saber.
Persia es la que tradicionalmente ha sido considerada como la cuna de las alfombras, de hecho, siempre se posicionó como una de las mayores productoras de alfombras muy variadas y de trabajo muy laborioso. Poco a poco la cultura de la elaboración de las alfombras fue extendiéndose por otros países y la alfombra fue adquiriendo cada vez un mayor valor decorativo.
Las principales alfombras fueron las de origen nómada y las de origen sedentario. Las de origen nómada utilizaban pequeños telares portátiles para sus creaciones; y por lo general suelen estar representadas con formas geométricas, líneas verticales u horizontales, temas florales, de animales o estrellas. El material con el que suelen estar fabricadas es lana, pelo de camello y seda.
Por otra parte, las de origen sedentario eran realizadas en ciudades y pequeños pueblos, y se elaboraban con telares de mayor tamaño. Las formas que representaban estas alfombras a diferencia de las de origen nómada eran bastante más estilizadas y los materiales con las que solían ser fabricadas eran lanas, sedas, hilos de oro e hilos de plata. ¡Podían llegar a medir hasta 12 metros!
Lógico es suponer que las primeras alfombras se fabricaban de forma artesanal pero con el paso del tiempo y la mecanización del trabajo, la forma en la que se producían las alfombras cambió radicalmente. En Europa, la fabricación de alfombras artesanalmente se extendió muy rápidamente entre los países y esto fue dando lugar a la creación y utilización de nuevas técnicas como el llamado “Bruselas”, un sistema sin nudos.
Más tarde, en 1801, en Francia se inventó el telar “Jacquard” que hizo posible tener alfombras de hasta 5 colores y siguiendo un funcionamiento similar a la técnica de “Bruselas”, la técnica Wilton dio lugar a unas alfombras de mayor grosor y de aspecto más lujoso. A partir de aquí, en relación a las alfombras todo fue innovación y evolución tanto en la forma de producción, los materiales e incluso en el concepto y uso de la propia alfombra.
A día de hoy, la alfombra sigue siendo uno de los must en relación a la decoración del hogar. Aporta un aspecto acogedor, sutil y exquisitamente elegante. Pero para que realmente aprovechemos todo el poder decorativo de nuestra alfombra, debemos procurar que se ajuste exactamente al estilo que hemos escogido. Un buen lugar en el que encontrar una gran variedad de alfombras de distintos estilos es la web de AMSERRA una empresa dedicada desde hace más de 35 años al mundo de la decoración y en la que no sólo podrás encontrar la alfombra adecuada para tu hogar sino también otros complementos como cortinas o incluso moquetas. Mejor aún, podrás realizar tus compras exclusivamente desde tu hogar facilitándote aún más la tarea de escoger los complementos que se adapten perfectamente al ambiente que deseas crear. Si quieres más información, puedes visitar su página web de alfombras www.amserra.net.