img

La "Casa Danzante" de Praga está inspirada en los legendarios bailarines "Ginger y Fred". Es una seña de identidad de la ciudad, diseñada por Frank Ghery y Vlado Milunic.

“Él le da clase y ella le da sensualidad.” (Katherine Hepburn)

En 1997 la empresa holandesa financiera ING decidió construir un edificio emblemático en Praga.  El resultado fueron dos construcciones en diferentes materiales apoyadas la una en la otra, como si de un pase de baile se tratara. La “Casa Danzante” de la capital checa supone ya un símbolo arquitectónico.

Los cantantes y bailarines norteamericanos Fred Astaire y Ginger Rogers protagonizaron durante los años treinta una decena de películas, comedias musicales, en los que la pareja brillaba con luz propia. Él controlaba meticulosamente la técnica y ella, como buena actriz, lo interpretaba. Los dos se compenetraban a la perfección y aunque la química no traspasó la pantalla grande, su leyenda como pareja artística se hizo eterna. Son parte tan importante de la cultura popular que han acuñado expresiones e, incluso, inspirado a directores de cine tan importantes como el italiano Fellini, que se basó en los personajes para realizar una feroz crítica del mundo de la televisión. Sin embargo, a finales del siglo XX su historia se trasladó de las salas de baile y de cine a  la arquitectura.

El arquitecto viajero, Frank Ghery y el croata Vlado Milunic fueron los encargados de diseñar un edificio deconstructivista en centro Europa. El desconstrutivismo es un movimiento arquitectónico que se inició en los años ochenta y se caracteriza por el diseño no lineal, es decir, la manipulación libre de las formas y curvaturas según el libre albedrío del arquitecto. Frank Ghery es uno de los precursores más conocidos de esta tendencia, como se puede apreciar en muchos de sus edificios más representativos, por ejemplo  los museos  Guggenheim de Bilbao o el Weisman en Mineápolis. La Casa Danzante es deconstructivista ya que rompe con las líneas rectas y su estructura se inclina al compás de la música imaginaria.

Ghery se inspira en “Ginger y Fred” y confiere rasgos masculinos y femeninos diferenciados a los dos edificios respectivamente. Fred tiene la fachada blanca y sus líneas son rectas, en lo alto de este hay una cubierta fabricada en tubos de metal recubiertos por acero inoxidable. Ginger, por su parte, tiene una estructura mucha más curvilínea recubierta en vidrio. El coreógrafo, Ghery, decidió que Ginger se inclinase hacia Fred, como apoyándose en él.

Los eternos bailarines danzan en la calle Reeslova Street en la ribera este del río Moldava, confiriendo a la tradicional apariencia medieval de Praga un icono de la arquitectura contemporánea. El estilo del edificio se encuentra entre el neobarroco, el neogótico y el Art Nouveau; una conjunción de los estilos arquitectónicos imperantes en la ciudad.

La Casa Danzante ocupa un puesto vacante durante muchos años en el paseo entorno al río. En la planta baja encontramos tiendas y un café que conectan directamente con el río y  con la plaza colindante. Las siguientes plantas están dedicadas a oficinas y en el último piso se puede comer en un restaurante con vistas panorámicas de la ciudad. Mientras “Ginger y Fred” siguen bailando, inmortales en el corazón de Europa.

http://www.jacobogordon.es/