La comunión es un acto católico que requiere sencillez, pero en ocasiones, se suele caer en grandes celebraciones que suponen un buen pellizco en el presupuesto familiar. Por ello, algunos trucos como reducir el gasto del banquete, de los recordatorios de comunión o en el traje pueden suponer una gran diferencia sin menoscabar los deseos del niño en su gran día.
Según la Unión de Consumidores de España, es posible realizar una comunión "y no arruinarse" con pequeños trucos. Uno de ellos es pedir prestado el traje de la comunión, lo que puede suponer un ahorro en el caso de las niñas de entre 150 y 500 euros, y en los chicos de entre 150 y 400 euros.
Además, otras opciones que cada vez se están poniendo más de moda son la de alquilar los trajes de comunión o sustituirlos por vestidos de calle que el niño o niña puedan reutilizar en otra ocasión. También, hay que tener en cuenta el precio de peluquería y complementos como biblias, rosarios, calcetines o calzado.
Otro de los gastos de las comuniones son los recordatorios de comunión con el nombre del niño, la fecha de comunión y alguna cita bíblica o motivo religioso. Estos obsequios pueden ser muy variados como llaveros, abanicos, bombones, cajitas con chocolatinas, figuritas o marcapáginas y su precio puede oscilar entre los 1 y los 15 euros.
Sin embargo, el gasto más importante de una comunión es el convite. En la mayoría de las ocasiones la familia decide celebrar una comida en un establecimiento hostelero, pero el número de invitados ha descendido los últimos años y cada vez más se ajustan los menús al presupuesto de la familia. También, otras familias reducen los gastos optando por la contratación de caterings o realizando un almuerzo o merienda informal en la propia casa.