La vida no existiría sin el agua. Es, junto al aire, un elemento imprescindible para que el fenómeno de la existencia pueda producirse. Para Secretos para el bienestar –secretosparaelbienestar.com- de la calidad de ambos depende la calidad de nuestra vida.
Un 70% de la tierra es agua, almacenada en océanos, glaciares, mares, lagos y ríos. De ahí la denominación de planeta agua o planeta azul. Pero a pesar de esa escalofriante cifra de del volumen de agua disponible en la tierra, más del 95% es agua salada. Pero continuemos con los cálculos. Del 5% de agua dulce de la tierra un 68% se encuentra atrapado en masas ingentes de hielo y un 30% se almacena en el sub suelo. En resumen, el agua disponible o potable supone apenas el 2%, cifra que al final queda reducida al 0,5%, y es agua que fluye por los ríos o reposa en grandes lagos o pantanos. Con esa pequeña porción de agua potable deben abastecerse siete millones de personas, en realidad una porción muy pequeña que apenas llega al 10%, la agricultura, la industria, animales y otro tipo de elementos de ecosistema. El agua forma parte del ciclo esencial de la vida. Corre por el planeta de forma natural desde las montañas, a través de los ríos para desembocar en los grandes mares y océanos en donde la evaporación hace que se inicie ininterrumpidamente un nuevo ciclo. Curiosamente el cuerpo humano contiene el mismo porcentaje de agua que el planeta, un 70% aproximadamente, dependiendo de la edad. Desde comienzos de la era industrial, en los últimos 150 años, la población mundial se ha duplicado. Pero lo más alarmante es que el consumo de agua con fines industriales y agrícolas se ha multiplicado por 6 en ese periodo. Pero si pensamos que el mundo contiene la misma cantidad de agua que hace mil años, se calcula que en la actualidad el 40% de la población sufre gravemente problemas de escasez de agua. Y esta cantidad está previsto se eleve al 66% en el 2025, en apenas doce años. Para Secretos para el bienestar –secretosparaelbienestar.com- cada cual debe sacar sus propias conclusiones. El agua es un bien escaso que en pocos años alcanzara un valor impensable en estos momentos. La responsabilidad en su uso es una obligación de todos.