“They died to make the desert bloom”, es decir, “han muerto para hacer florecer el desierto”. Así reza la lápida en memoria de los noventa y seis hombres que murieron durante la construcción de la Presa Hoover. No podía expresarse mejor lo que el progreso significa para un pueblo civilizado.
La presa Hoover está considerada una de las maravillas arquitectónicas de la era moderna. Se halla en la frontera entre Arizona y Nevada (EEUU), interrumpiendo el cauce del río Colorado. Esta colosal e impactante maravilla, constituye, además, una de las presas de hormigón más grandes del mundo.
Esta obra arquitectónica ha pasado a la historia por las innovaciones técnicas que supuso. Hoy en día, la presa Hoover (Hoover Dam en inglés) continúa atrayendo a las multitudes más de 70 años después de su creación. Con 221 metros de alto y 1244 de largo, está considerada un monumento Art- deco, que desde 1981 figura en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
La construcción de esta presa, la más grande de su tipo en ese entonces, empezó en 1931 y terminó en 1936. A pesar de su ubicación alejada y condiciones de trabajo pesadas, la presa fue terminada en menos de cinco años (dos años antes de lo previsto) y con un costo bastante menor de lo esperado.
Su nombre fue elegido en honor al 31 presidente de EE.UU, Herbert Hoover, que desempeñó un papel muy importante en su construcción y su promoción, incluso antes de ser nombrado presidente, ostentando el cargo de Secretario de Comercio. Tras su construcción se ha generado un lago artificial de 639 km de superficie. Su nombre es Lago Mead, en honor a Elwood Mead, ingeniero que dirigió Bureau of Reclamation, oficina responsable de las obras hidráulicas en EE.U., durante el período de desarrollo y construcción del proyecto de la presa.
Actualmente, la operación y el mantenimiento de la presa son respaldados con la venta de energía. Con su construcción, se querían conseguir unos objetivos claramente definidos; el principal era controlar los desbordamientos del Río Colorado en la época del deshielo de las Montañas Rocosas, porque hacían peligrar las comunidades que se encontraban río abajo. La construcción de la presa permitía también tener una agricultura de regadío en una zona seca, suministrar agua a toda la zona sur de California, además de las grandes cantidad de energía que se obtienen a bajo coste (posee 17 generadores que producen 4,000 millones de kilovatios de electricidad al año y además también es una de las plantas hidroeléctricas más grandes del país).
Para llevar a cabo la construcción, se hizo un desvío provisional del río, para lo que se construyeron cuatro túneles (dos en cada orilla). Una vez hecho esto, la zona fue vaciada hasta alcanzar la cota de cimentación, para proceder a su construcción con hormigón.
Uno de los mayores inconvenientes con el que los obreros tropezaron en la realización de la presa fue el del enfriamiento del hormigón, que, considerada la vasta superficie de la obra, habría necesitado más de cien años en desprender el calor generado por la solidificación del cemento. Eso se solucionó enfriándolo con agua helada, que se introducía a través de cañerías.
Cerca de la presa, podemos encontrar un parque nacional donde se desarrollan actividades recreativas de todo tipo: natación, pesca, esquí acuático, piragüismo, vela, etc. Además, justo antes de llegar, existe un parking para dejar el coche y continuar el paseo a pie, que es como realmente se disfruta de la presa Hoover.