Una fortaleza portuguesa, que mira al mar y que esta vinculada con la navegación y los descubrimientos.
La Fortaleza de Sagres es conocida también como Castillo de Sagres o Fuerte de Sagres. Está situado al suroeste del Algarve (Portugal). La Fortaleza está plenamente vinculada a la figura de Enrique el Navegante, a la navegación y los descubrimientos; no se puede comprender su historia sin esta establecer esta relación.
Sus escarpados acantilados son uno de los mayores atractivos, pues desde estos se puede disfrutar de una hermosa vista. Los acantilados son constantemente batidos por el viento. En estos lugares el visitante puede disfrutar de la vista del paisaje a lo largo de la costa, con especial mención a las ensenadas de Sagres, el cabo de San Vicente y a la inmensidad del Océano Atlántico.
La propia fortaleza y sus inmediaciones, integradas en el Parque Natural del Suroeste Alentejano y Costa Vicentina, ofrecen la posibilidad de una vista próxima al patrimonio natural de la costa, especialmente en lo que se refiere a la flora, albergando alguna de las especies más representativas de la región, como el astrágalo, la margarita de mar, la sabina, el polio vicentino, el esparto, el puerro, las malvas y el perejil de mar.
No existe la certeza acerca de cuál sería la localización exacta de este promontorio sagrado que en mucho impregnó de historia el lugar de la fortaleza, pero es posible identificar, en líneas generales, un área que se prolongaría desde la punta de la Piedad a la Arrifana, comprendiendo el cabo de San Vicente y el cabo de Sagres.
Este espacio, por muchos designado como el fin del mundo conocido, donde se iniciaban las tormentas, integra hasta hoy una de las mayores áreas de menhires y construcciones megalíticas de Europa.
Es un lugar visitado por navegadores oriundos del mar Mediterráneo desde alrededor del 4000 a. C., fue citada desde la Antigüedad clásica por Avieno, Estrabón y Plinio como un área dedicada al culto a Saturno o Hércules, divinidades de fuerte connotación con el mundo marítimo. Posteriormente, durante la ocupación islámica de la península Ibérica, se acentuó su carácter de lugar de peregrinación, denominándose entonces Chakrach, habiendo contribuido mucho a ello la leyenda de las reliquias del mártir cristiano San Vicente de Zaragoza.
En la actualidad, la Fortaleza de Sagres se encuentra abierta diariamente al público, que viaja hasta allí aprovechando numerosas ofertas de viajes que se dan durante todo el año. Además de poderse apreciar las estructuras anteriores al siglo XVIII se pueden visitar las diversas áreas del promontorio.
Hay además un centro de exposiciones, un centro de multimedia, tiendas de artículos culturales y una cafetería.