¿Te imaginas un frigorífico que te avisara de la fecha de caducidad de los alimentos que contiene? ¿O que todos los objetos tuvieran un chip de pocos milímetros para ser localizables y no perderlos? ¿O una bâscula que te diera instantâneamente una dieta alimenticia en función de tu peso? Son algunas de las posibles aplicaciones de lo que se conoce como el “Internet de las cosas” o “Internet de los objetos”, concepto surgido del MIT y que se refiere a una red de objetos cotidianos interconectados.
Esto es algo que abre posibilidades ilimitadas para el Marketing y otros ámbitos.
Se trata de una mayor digitalización del mundo físico al conectarse más a la Red y ofrecer datos en tiempo real. Esto es posible por el hecho de que, con la próxima generación de aplicaciones de Internet (protocolo IPv6), se podrían identificar instantáneamente todos los objetos (algo que no se puede hacer con el actual sistema IPv4). Por tanto, se está creando “relación más avanzada” entre las personas y los objetos. Y eso que ya estábamos viendo casos de cosas u objetos “más inteligentes”, como, por ejemplo, los “IPavement” (son baldosas inteligentes que permiten la conexión a Wifi o Bluetooth y aportan estadísticas de cuánta gente pisa el suelo), los programas de estadísticas deportivas de Nike, la realidad aumentada de los smartphones, etc. Incluso, algo tan impensable hace años como conducir un coche sin manos, está siendo ya una realidad, como ocurre, por ejemplo, con el “Google Car”.
Aún queda mucho camino por recorrer (especialmente, en asuntos de privacidad de la información), pero esta evolución digital permitirá crear una economía más conectada, más inteligente y en tiempo real que podría revolucionar más todavía nuestra vida cotidiana diaria.
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photo credit: jurvetson via photopin cc
Artículo publicado en El Blog de Manuel Guillermo Silva