El hotel Marina Bay Sands Resort ofrece a sus huéspedes la increíble experiencia de disfrutar de la vista panorámica de los rascacielos de la ciudad de Singapur desde las aguas de su piscina de 150 metros de longitud, situada en la azotea del edificio. Un baño no apto para aquellos que sufren vértigo.
La piscina se extiende sobre el techo de las tres torres que conforman el complejo hotelero. Al construir su borde un poco por debajo del nivel del agua se crea el efecto óptico de que el agua se desvanece en el horizonte y parece que la piscina es infinita. Sin embargo, si te aproximas puedes observar que flotar cerca de la orilla no es una práctica de riesgo, ya que hay un muro de contención que separa el límite de la piscina con el cielo.
El Marina Bay Sands es un conjunto de edificios inaugurado en el 2010 entre los que se incluyen el casino aislado más grande del mundo, tres torres hoteleras, un centro de convenciones y exposiciones, un centro comercial, un museo de Arte y Ciencia, dos teatros, seis restaurantes de alta cocina y dos pabellones flotantes.
Es en la planta 57 donde se encuentra la piscina en el cielo. El diseño arquitectónico innovador fue una de las características que determinó que el proyecto actual fuera el seleccionado en concurso. Se buscaba una construcción que se convirtiera en una marca de identidad arquitectónica de Singapur y que cuya estructura obtuviera repercusión a nivel internacional.
El arquitecto encargado de crear este centro de ocio y turismo fue el israelí-canadiense Moshe Safdie, que es conocido por el uso de las curvas dramáticas y lo espacios abiertos en sus diseños. Decidió unir las tres torres en una terraza descubierta en el tejado que se llama Sands SkyPark, donde a 191 metros sobre el suelo se sitúa la piscina elevada más grande del mundo con vistas hacia el distrito financiero de Singapur.
Hay cuatro juntas de movimiento debajo de las principales piscinas, pensadas para resistir al movimiento natural de las torres, por lo que cada junta está preparada para soportar el balanceo específico del edificio. Está es una de las estrategias arquitectónicas que permiten hacer posible lo inimaginable, nadar de noche sobre las luces de Singapur. Una experiencia onírica a la que solo tienen acceso los huéspedes del hotel de lujo Marina Bay Sands. http://jacobogordon.com/