El Castillo Real de Chambord, en la región de los Países del Loira, es uno de los castillos más reconocibles en el mundo debido a su arquitectura renacentista francesa muy distintiva que mezcla formas tradicionales medievales con estructuras clásicas italianas.

El Château de Chambord fusiona el estilo medieval tradicional francés con las clásicas estructuras renacentistas. Está construido en el corazón del parque forestal más grande de Europa. El castillo y el territorio colindante están protegidos bajo diversas denominaciones, como la de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, para evitar su deterioro y salvaguardar su fauna.

Dicen los que han viajado por el valle del Loira en busca de contemplar sus majestuosos castillos de cuento que el más espectacular de todos es el de Chambord, no sólo por el paisaje natural que lo rodea sino por su regia estructura y cuidada ornamentación. El nombre de Chambord viene del celta “cambo-ritos” y significa “pasaje sobre la curva”, es decir, que se considera un vado para atravesar el arco que dibuja el Cosson, afluente de un río mayor que nace en el Loira en esta zona.

Chambord está emplazado en la región natural de la Sologne desde el final del Alto Medievo en el siglo X. A partir del 1498, cuando Luis XII de Orleans se proclama rey de Francia, el castillo se incorpora a las posesiones de la corona.  Chambord padece los episodios más convulsos de la historia francesa, puesto que durante la Revolución Francesa los campesinos se rebelan contra los abusos de la aristocracia destruyendo  sus más valiosas posesiones.

El paraje natural sufre gravemente la furia del pueblo y los animales de gran tamaño son diezmados. Además cortan los árboles y arrasan con las demás especies naturales. También el mobiliario del Castillo se vio menguado por los pillajes y saqueos nocturnos. La población francesa se muere de hambre, mientras la monarquía y la aristocracia, alejados e impasibles ante la miserable realidad cotidiana de sus súbditos, se dedican a llevar una vida ociosa y ostentosa  en palacios de ensueño como Chambord.

Con la llegada de Napoleón se cierran los alrededores del castillo, ante la deteriorada situación en la que se encontraba el parque y el edificio. La población limítrofe se declara contraria al cierre y se manifiesta duramente contra este dictamen. Cuando Napoleón se nombra Emperador de Francia, toma la decisión de crear una escuela para niñas en Chambord, pero esta idea se queda en proyecto. Sobre todo, cuando todos los planes de Napoleón para la ciudadanía gala se van diluyen en la evolución de la guerra en Rusia y España que le conducen a su fatal desenlace.

Después de la II Guerra Mundial se nombra ‘monumento histórico’ al conjunto formado por el castillo y el entorno natural. Desde entonces todas las medidas llevadas a cabo por el estado francés han estado dirigidas a restaurar y conservar uno de los espacios más bellos del país. Es un lugar que posibilita llegar en menos de dos horas desde el centro de París a un bosque habitado por ciervos y jabalíes que esconde una maravillosa construcción palaciega. Merece ser protegido, ya que es un atractivo para miles de turistas y un orgullo para Francia.

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